Sobreviviendo a las vacaciones. Día 2.

Por Vanesapp
Cuaderno de Bitácoras. Día 2 (23 de Junio de 2017)Me siento tan capitán Kirk en la Enterprise: fecha estelar...

3:00 AM. Abro los ojos y no, no los vuelvo a cerrar. ¿El motivo?Quizás el calor asfixiante, o, especialmente esa humedad malvada que nos tortura con un 70% o más de madrugada.O quizás la intranquilidad, que yo soy mucho de almacenar preocupaciones en el subconsciente y después me afectan en el plano físico. O lo mismo esas hordas de gaviotas patiamarillas enormes que se dedican a graznar (¿graznan las gaviotas?) mientras que el silencio de la madrugada se transforma en gritos de guerra y peleas. Nadie se puede imaginar el escándalo que tenemos durante todo el día y sé, porque lo sé, que es un plan de dominación encubierto. Probablemente en connivencia con cucarachas y mosquitos de esos tamaño XXL veneno resistentes que tenemos por aquí.

"Ya está la loca de las gaviotas"Que no, que no lo digo yo. Que lo dice hasta una orden municipal (Orden n.º 455 de fecha 6 de abril de 2017 sobre autorización administrativa relativa al manejo de la especie "Larus michahelli").

Estos bichejos que pueden llegar a medir hasta 67 cm están instaladas en todos los tejados de las casas, bajan a los patios, a las plazas, atacan a las palomas, animales e incluso personas.Y si no te fías de mí, fíate de la wikipedia, esa fuente inagotable de sabiduría mundana :

"Esta especie desplaza a otras gaviotas donde se establece, por su agresividad y territorialidad.Tal actitud sumada a su gran adaptación a entornos antropizados que favorecen su propagación (entornos pesqueros, basureros y núcleos urbanos), deriva también en roces con los humanos. Como anidan también sobre tejados, llegan a amenazar con deposiciones y picados a gente que se asoma a ventanas y terrazas próximas a sus nidos, confiriéndoles una gran impopularidad. También afecta a diversos trabajos que se desarrollan en los tejados de las casas, como techadores, antenistas, albañiles y similares"
Pues eso, que desde hoy manifiesto abiertamente mi ODIO supremo y mi cruzada contra las gaviotas.Con el cabreo gaviotil latente, veo aparecer a las 5'30 a dos miembros de mi manada y ya, la vena del malestar infinito se va hinchando hasta niveles inimaginables. Érase una mujer a una vena pegada...Y amigos, el día da para cantar, jugar a Playmobil, pelear, bailar, dibujar, pelear, recoger, ver dibujos, pelear, tirarse por tirolina, hacer carreras, pelear, jugar a la consola, llorar, abrazar y, de nuevo, pelear. Agotador.Da tanto de sí, que arranco por "maruja's style" y me lío a limpiar a fondo un cuarto de baño, ¡con sus juntas y todo! Así, a lo loco, con la fresca de la mañana.Sigo sin agua caliente. Pido, me prometen amor eterno y dos botellas y aquí sigo, sábado de madrugada sin agüita templada.Los niños enloquecen, probablemente por la falta del sueño, de rutina o de calor. Eso, o han sido poseídos. No lo tengo muy claro.La mañana es esperpéntica entre gritos, peleas y absurdeces. Pero mi baño queda niquelao.Y, no contenta con eso, y, dado que por la tarde no puedo salir por motivos logísticos (espero esas bombonas con ansia), mientras el padre lleva al mayor a su clase de equitación adaptada, y a los otros dos al parque de la granja escuela a que lo suelten TODO, una servidora, fiel follower y fan de Orden y limpieza en casa, me introduzco en el mundo del doblado vertical. Y es tal el ansia que a las 9 de la noche sigo doblando compulsivamente camisetas de mi santo. Las risas del día vienen patrocinadas por él, el insustituible #Maridode:

 "Cari, he pensado que a las doce podemos ir a ver quemar la hoguera de la playa con los niños, ¿eh?"
Despierta.
A las 12.
A la calle.
Yo. La noche acaba en felicidad máxima e insuperable viendo cómo se duermen pasadas las 11. Y tal y como llega esa felicidad se va viendo que se han despertado a...En fin, que feliz noche de San Juan,