Sobreviviendo al Albert Heijn o conceptos básicos sobre supermercados

Por Comolegaraholanda

Albert Heijn es sin duda la cadena de supermercados más extendida en Holanda. Tal vez encontréis cerca de vuestra casa algún otro supermercado como Jumbo o Lidl, pero lo que es cien por cien seguro es que viváis donde viváis va a existir un supermercado Albert Heijn en las inmediaciones. Así que hoy hablaremos un poco de la cadena neerlandesa por excelencia y desvelaremos algunos trucos para desenvolverse en sus establecimientos que pueden no resultar evidentes a los recién llegados.
Lo primero que nos llama la atención del supermercado del logo azul (¿a alguien más le ha pasado lo de leer ON en vez de AH?) es que una marca tan popular puede tenga un nombre tan ajeno a los cánones del marketing actual o, dicho con otras palabras, tan sumamente cutre. Y es que "Albert Heijn" no es que suene mal del todo, pero si nos imaginamos lo mismo en versión autóctona..... no creo que los supermercados  "Alberto Jimenez" tuviesen mucho tirón comercial en nuestra tierra. Todo tiene su porqué sin embargo. Y es que la cadena Albert Heijn tiene ya muchos años de historia. Su fundador, que no fue otro que el señor Albert Heijn, comenzó regentando la tiendecita de ultramarinos de su padre para ir innovando poco a poco hasta desarrollar el concepto de supermercado tal y como lo conocemos en la actualidad. En este artículo se explican muy bien todos los pasos que fue siguiendo mister Albert hasta crear su imperio alimenticio.
La cadena Albert Heijn nos sorprende con relevantísimas secciones en sus pasillos, como son la sección velas o la sección floristería. ¿Cómo puede ser que a los empresarios de otros países no se les hayan ocurrido todavía? Lo cierto es que todo hogar holandés que se precie no puede dejar de contener al menos un ramo de flores frescas y un par de velas listas para iluminar la cena. Y como Albert Heijn es una marca propiamente holandesa, sus productos están adaptados a la demanda específica del país (al contarrio de lo que ocurre con otras cadenas foráneas como el Lidl o Aldi).

Sección velas                                    Sección floristería


En Holanda no se vende alcohol de alta graduación en los supermercados (pero sí vino, cervezas de hasta un 12% de alcohol o bebidas premezcladas al estilo del Bacardi Breezer, que aunque os parezca mentira aquí tienen su púbico). Pero si necesitáis por ejemplo una botella de vodka debéis ir a una licorería independiente. La cadena de licorerías más famosa se llama Gall Gall y sus tiendas suelen estar ubicadas.... a la misma puerta del Albert Heijn, por supuesto. Ya os iréis acostumbrando a estas pequeñas superficies comerciales clónicas con su Albert Heijn, su GallGall, su Blokker (menaje) su Etos (droguería) y su tienda de quesos.
Es curioso que los supermercados no tengan permitido vender alcohol pero sí tabaco o medicamentos básicos como paracetamol e ibuprofeno (¡y las cervezas de 12 grados!). Podéis adquirir estos productos en el mostrador que todo Albert Heijn tiene a la entrada. En esta zona externa suele haber además un cajero automático y una máquina para recargar la tarjeta transporte.
Algunos Albert Heijns tienen además una máquina de café gratis disposición de los clientes como dictan las leyes de la hospitalidad de los Países Bajos. En teoría es para tomarte tu café tranquilamente mientras haces la compra, pero en la práctica rara vez he podido ver a nadie haciendo uso de este servicio. No sabría decir si es porque el extraer productos de las estanterías con un vaso de plástico en la mano no es la mejor de las ideas o porque el sabor de estos cafés gratuitos deja bastante que desear (distinguir entre cafés holandeses buenos y malos no se encuentra todavía entre mis habilidades).
Pero sin duda lo más característico del Albert Heijn son sus promociones para niños. Tras pagar tendremos derecho a un regalito por cada diez o veinte euros de compra (cromos de fútbol, juguetitos como los del huevo kinder, etc...) que hacen furor entre las generaciones más jóvenes del país. Es bastante común que al salir con tus bolsas te veas abordado por uno o dos infantes ávidos de cromos de fútbol. Para ilustrar la situación, puedo contaros que la señora que nos prepara la comida en el trabajo trae siempre los cromos al volver del súper y éstos son repartidos equitativamente entre todos los empleados con hijos pequeños. ¡Hay que andarse con cuidado porque en los Países Bajos las promociones del amigo Albert porque no son cualquier cosa!
A decir verdad los supermercados Albert Heijn son un poco caros, ya que esta marca ha estado siempre enfocada a ofrecer productos de calidad. Personalmente me declaro fan de sus zumos naturales y sus comidas precocinadas, la mar de útiles para aquellos a los que no nos entusiasma cocinar. Sin embargo en los últimos tiempos se ha puesto también a la venta una gama de productos más baratos, la celebérrima marca Euroshopper (sí, esa que no invierte en diseñadores de etiquetas). Así que podéis entrar sin miedo.

Así luce mi alacena cuando tengo visitantes


AH os gustará más o menos dependiendo de vuestras preferencias personales, pero también del establecimiento concreto que os toque cerca. Existen diferencias abismales entre distintos supermercados de la misma cadena. Mientras que mi súper habitual en Amstelveen era amplio y con gran variedad de productos (vamos, de los que incluyen café gratis) el que me ha tocado en Amsterdam es pequeño e incómodo, conteniendo más reponedores que productos por metro cuadrado (¡hay que pedir cita para acceder a las estanterías!). Y para finalizar, una serie de trucos para sobrevivir al Albert Heijn y lo supermercados holandeses en general.
Frutas y verduras


Si veis que algún tipo de fruta o verdura tiene un precio demasiado atractivo no os dejéis engañar y echad un segundo vistazo antes de empezar a llenar la bolsa con emoción.
En Holanda, y esto es aplicable a todo el país, los precios no siempre se refieren a un kilo de producto. Es muy común que el precio de frutas relativamente grandes como aguacates o mangos venga especificado por pieza (stuk). Las verduras o frutas más pequeñas pueden estar marcadas por kilo pero también por medio kilo. Así que prestad atención a las etiquetas. Si os fijáis en la que os he puesto como ejemplo, en ella el precio del producto se refiere sólo a medio kilo (inhoud 500 gr).

Aún así en lo que a frutas y verduras se refiere, dado que algunos me habéis preguntado, mi recomendación es que comprobéis si tenéis cerca alguna tienda turca de esas que ponen la fruta en la puerta. Generalmente en éstas los precios son muchos más baratos que en los supermercados. Y lo más útil es que dada la costumbre de esta gente de exponer sus productos en plena calle, no tendréis ni que molestaros en entrar para decidir si los precios os convencen o no.
La Bonus Card
Como todo supermercado, el Albert Heijn tiene sus productos en oferta. Pero no creáis que basta con coger el producto en promoción, meterlo en la cestita e ir a pagar a la caja con normalidad. No.¿Cuántas veces habré vuelto yo a casa preguntándome por qué la compra había salido tan misteriosamente cara a pesar de comprar productos rebajados? Resulta que la oferta que pone el cartel sólo se aplicará a tu compra si eres poseedor de una tarjeta llamada Bonus Kard y presentas ésta a la cajera (o cajero, que nadie se enfade) en el momento de efectuar el pago.
 ¿Y cómo se consigue tan preciado documento? Pues si pides una bonus kard en el mostrador externo (el del tabaco y el paracetamol) te darán una al momento. La bonus kard no está asociada a una persona, ni acumula puntos, ni sirve para absolutamente nada más que hacer que las ofertas sean realmente ofertas. ¿Soy yo quién se ha despistado una vez más o esto no tiene demasiado sentido? Todos los holandeses saben de sobra que para obtener rebajas necesitan tener la bonus kard y en caso de olvidársela en casa la piden prestada a la persona que viene detrás en la cola. ¿Tiene esta tarjeta alguna utilidad que no sea pillar por sorpresa a recién llegados incautos? ¿Qué porcentaje de las ganancias de Albert Heijn será realmente debida a estos despistes?
El Reciclaje
Si sois de los que revisáis el ticket de compra y por tanto pertenecéis a ese sector de la población inmune a las artimañas de la bonus kard, habréis observado que cuando compráis por ejemplo una botella de agua aparece en el recibo un misterioso parámetro llamado statiegeld por el que os cobran unos veinte céntimos adicionales. ¿Y esto qué es? Pues una especie de depósito. Siempre que adquirimos botellas de plástico o botellines de vidrio van a cobrarnos un dinero extra que corresponde al precio del envase. Para recuperarlo debemos devolver los envases vacíos al supermercado. ¿No os suena la visión del clásico joven rubio transportando una caja de botellines vacíos de heineken en su bicicleta? Pues ahora ya sabéis a donde va; a devolverlos al Albert Heijn.

¡Dos céntimos extra si devuelves las
botellas con cara de felicidad!

Cuando llegáis al supermercado con vuestras botellas para reciclar tenéis que buscar una máquina azul como la de la foto. A continuación introduciréis los envases por el agujero y pulsaréis e botón al terminar. La máquina imprimirá un ticket que tendréis que dar a la cajera (o cajero, ojo) y voilá, esta persona os devolverá el statiegeld que os habían cobrado por adelantado. La iniciativa me parece buena, ya que incita al reciclaje, pero como siempre me sugiere una serie de interrogantes... ¿por qué sólo debemos retornar envases que contuvieron bebidas? ¿acaso un botellín de salsa barbacoa o un bote de guisantes no están hechos de los mismos materiales?

Las Bolsas
Las bolsas de plástico para llevarnos la compra a casa no son gratis, sino que cuestan nada menos que cincuenta céntimos. Es por eso que muchas personas se traen las bolsas de casa y las reutilizan una y otra vez. Sí nos regalan por contra unas bolsas pequeñitas, transparentes y muy endebles que nos servirán sólo si hemos comprado muy poca cosa. ¡Pero ojo! ¡¡La política de Albert Heijn ha cambiado y ahora las esconden!! Sin embargo si pedís una os la darán (y cuando digo una quiero decir UNA). Si lo queréis hacer en holandés para resultar más simpáticos a la hora de solicitar tamaño favor, podéis decir: mag ik en kleine zakje?
Y ya que estamos hablando de las bolsas, para despedirme voy a dejados con un monólogo cómico sobre el Albert Heijn desde el punto de vista de un británico que los holandeses parecen encontrar bastante gracioso. Se centra sobre todo en las bolsas de plástico (venga yaaaa... ¿nos hablas de las bolsas de plástico teniendo ahí la bonus kard?) pero aún así resulta entretenido. ¡Nos vemos la próxima semana y no os olvidéis de colaborar con mi página!