Sobrevivientes

Publicado el 30 marzo 2015 por Purasvitae @PurasVitae
Los que se fueron, los que tuvieron que dejar ir a parte o casi toda su familia. Son aquellos que a cambio de paz, progreso y futuro tuvieron que soltar las amarras del afecto, la nacionalidad y ese amor profundo cuando se ven unos colores, unos destinos, unos recuerdos… Son los seres que habiéndose ido están más nerviosos que aquellos que se quedaron, será la costumbre que tiene “relajados” a los que se quedaron y que hace a los enviados vivir con angustia el día a día de los que tienen que hacer vida en la dictadura.

(Fuente: http://poesiaamanoalzada.com.ar/)

Son los que logran vivir con lo mucho que se perdió en Venezuela pero aún así, sobreviven, porque tuvieron que olvidar, abandonar o guardar ese sentimiento que une a familias, amigos y tantos recuerdos que se quedan como estrellas que cuando fijamos la mirada nos trae algún recuerdo junto alguna lágrima.

(Fuente: http://www.bajoelagua.com/)

Sobreviven porque a pesar del afecto que les dan los nacionales donde se encuentran, a pesar de la mejor vida que logran lejos del país que les vio nacer, ese hilito invisible que les forma su código de vida permanece ahí y a pesar del peor recuerdo que te hace odiar el país de donde vienes, en algún lugar el subconsciente se anima y llora mientras un sueño nos dice que tendremos un buen día, algún día.

(Fuente: http://www.primera-clase.com/)

Quisieran volver pero no pueden, se animan y con viva voz reniegan que no quieren, se entiende. Después de estar en una localidad donde se puede salir de noche, donde te puedes dar el lujo de “dejar” algún valor y que te llamen para devolvértelo; venga; todos quisiéramos vivir ahí. La inseguridad es un carterista que tomo prenda de unos tragos de más, las armas si las vez no generan miedo, la fuerza pública – por lo general – te genera confianza a pesar de uno tener otro lugar de nacimiento.

(Fuente: http://revistareplicante.com/)

A veces en las noches, antes de soñar, se animan y se sueñan lo vivido, lo que quieren vivir, como quisieran vivir para volver. Una paseada por los álbumes que se llevaron, por la chorrada de fotos en las redes sociales, una carta de un viejo amor, unas letras de perdón por un mal rato vivido. Ya es el momento donde un trago hace conversa, un WhatsApp a un hermano del alma – imaginad cuando las comunicaciones eran exclusivamente telefónicas – y otro trago para perdurar el momento.

(Fuente: http://miburbujaazul.blogspot.com/)

No temen por sus vidas, temen por las vidas de los que se quedaron. Sobreviven porque a pesar de tanto logro, trabajo y felicidad, la soledad siempre toma su puesto para decir presente.

(Fuente: http://www.rumberos.net/)

Los que se quedaron, los que insisten en convencerse de que vale la pena esto. A diferencia de los anteriores sacrifican esa vida que sería normal por poder vivir paisajes tan espectaculares que para los extranjeros se convierten en misiones especiales para poder atestiguarlos. Los que se quedaron viven en una de las dictaduras más macabras de la historia, con un terrible disfraz populista que le da ese olor democrático que siempre termina oliendo a muerte.

(Fuente: http://seguridadadyprevencion.blogspot.com/)

El horario se ajusta a la claridad del día, aunque muchísimos se arriesgan – madrugada de por medio – ya sea para salir a laburar o para intentar disfrutar lo que se sufre día a día. Conviene no estar solo porque la muerte te puede sorprender sea que un malandro se topó con tu suerte o porque la dictadura consideró necesario darle conclusión a tu vida. Las lágrimas acá van precisamente por aquellos que se fueron a evitar lo anterior o porque la “mala suerte” le quitó la vida a un cercano. La tristeza de tener de las mejores playas del mundo mientras vamos llenando mares de cadáveres porque la dictadura solo se anima a hacer dinero.

(Fuente: http://elregional.net.ve/)

Aguantan por la fe de cambiar, por creer que ese día perfecto llegará, que la lucha vale la pena. Que el esfuerzo es propio para que algunos que se fueron se animen a volver. Que en este país de mentes brillantes se puede hacer vida en las calles, sin el miedo de que la tómbola de la inseguridad te tome por sorpresa, que las mentes dañadas que rigen la dictadura vean el resto de sus vidas tras las rejas, que los venezolanos puedan discutir sin que el objetivo sea anular o eliminar al otro.

(Fuente: http://www.tripadvisor.com/)

Sobreviven por los 45 minutos que separan Maiquetía de Los Roques, por ejemplo, a pesar de que los precios sean más para boliburgueses, que por el mismo tiempo puedes saborear la isla que se tomó para si la Virgen del Valle. Aguantan porque a pesar del enorme riesgo que representan las carreteras del país, se animan a recorrer las ferias que empiezan en noviembre y van hasta pasados los carnavales. Les da fe que con un especial esfuerzo puede escaparse a la mejor sabana del mundo, a unas de las zonas con mejor llave espiritual del mundo: Canaima…

(Fuente: https://www.venezuelatuya.com/)

A veces, tras unos tragos, desean irse. ¿Quién no? Hasta hay un plan B armado. Llegado el trago del miedo, el que te tomas antes de irte, se anima a decir que esta vaina no la cambia por nadie. Unas fotos de Miami, México, Bogotá, Panamá, Madrid, amigos que se juntaron o que se encontraron precisamente por salir huyendo de esta tragedia. El Facebook parece una exposición de la vida de los que se van y son felices y los que se quedan y tienen que mediar la felicidad con el miedo.

(Fuente: http://www.maduradas.com/)

Hay pesadillas, las que pareciera que esto es eterno. Que el socialismo triunfa en el engaño de culpar a los demás de todo lo que ellos se han ido robando. Pero siempre sueñan, con gente regresando, con encontrarse con aquellos que están en Miami, México, Bogotá, Panamá y Madrid en Cuyagua, Cayo Sombrero, Choroní, Chuspa y Margarita.

(Fuente: http://www.ultimasnoticias.com.ve/)

Temen por sus vidas pero temen más porque Venezuela nunca vuelva a ser lo que fue o lo que pudo ser.

(Fuente: http://www.tinterodigital.com/)

Los venezolanos sobreviven a su manera, los que se fueron sufriendo por lo que dejaron, los que se quedaron sufriendo por lo que les toca vivir. Estoy seguro que llegará el momento y dejaremos de sobrevivir, aquellos que se fueron podrán decidir si siguen sus vidas allá o vuelven, los que se quedaron podrán salir a vacacionar o si escogen irse que no sea porque el país que dejan, dejo de ser.

(Fuente: http://www.ventanalatina.co.uk/)

No hay quinta república, no hay chavismo, no hay socialismo, menos bolivarianismo, hay un país de sobrevivientes, manejado por malvivientes que se han robado lo suficiente para 5 generaciones por lo menos. Falta que algunos de los que sobreviven en Venezuela, dejen de gustarle eso de sobrevivir…