Hace unos días me enseñaron una imagen dantesca donde una manada de lobos aparecía acribillada en los montes de Liébana fruto de una “cacería legal” (Pongo legal entre comillas porque sin duda fue totalmente ilegal).
Con las leyes en la mano sólo se puede abatir un lobo en cada cacería tras un estudio previo donde se debe demostrar el daño que ese individuo hace a la cabaña ganadera. Además la cacería tiene que estar vigilada con guardería oficial.
En este caso se exterminó a un grupo familiar controlado desde hacía mucho tiempo y conocido por los pocos problemas que había generado. Me temo que tras la investigación no ocurrirá nada y los asesinos se seguirán jactando de sus proezas de vinos por los bares.