El teléfono (inteligente) se ha convertido en nuestro acompañante perfecto. Es vital en los viajes de negocio, pues te permite planificarte, controlar tus viajes, orientarte en la calle si estás en una ciudad que no conoces, elegir hotel o restaurante, y mil cosas más. Y también lo usamos para nuestros momentos de ocio compartiendo fotos, ubicación, comprando entradas de museos online, reservas de restaurante, etc.
Y las empresas del sector turístico se han dado cuenta del cambio de tendencia y tratan de adaptarse a los tiempos que corren. En mi opinión, un poco tarde, pues otras industrias dieron un paso al frente hace tiempo, pero más vale tarde que nunca. Lo que está claro es que la relación entre redes sociales y movilidad afecta a todo y a todos, y no es una moda. Ha llegado para quedarse.