¿Cómo tiene que estar constituido el estado para que los malos gobernantes puedan ser derrocados sin derramamiento de sangre, sin violencia? (Karl Popper, la sociedad abierta y sus enemigos) Las hoy llamadas democracias son ejemplos de respuestas a este interrogante, con su sencilla teoría de que el gobierno puede ser despedido por el voto de la mayoría. Esto se basa en la teoría de que el pueblo es el único legitimador de los gobernantes, pero todos sabemos que en realidad el pueblo no gobierna sino que evidentemente lo hacen los gobiernos, los burócratas, nuestros bárbaros amos (como los llamara Churchill) a quienes es difícil y en nuestro caso, prácticamente imposible responsabilizar de sus acciones. Pero sigamos suponiendo que el mecanismo del voto mayoritario contemplado en la Constitución es válido; lo que estamos viviendo hoy día es la prueba real de que el voto de la mayoría no siempre es correcto; la prueba de que tenemos un sistema bastante imperfecto pero al parecer es el mejor que conocemos. La democracia moderna se ha sustentado en la representación proporcional, es decir, que la influencia ejercida por cualquier partido político debe corresponder al número de votos que pueda reunir; y dicho mecanismo ha evolucionado en el bipartidismo como fórmula ideal para que sea factible el gobierno de la mayoría; como ejemplos tenemos a Estados Unidos con Demócratas vs Republicanos, o a Reino Unido con Laboristas vs Conservadores, y en nuestro caso particular PP vs PSOE. En términos de democracia estamos a la altura de los máximos exponentes, pero nuestro país está en la mira de todo el mundo por el tema de la corrupción.
Francia posee una norma que recoge diversas "medidas para mejorar las relaciones entre la administración y el orden público", entre las que se encuentran la libertad de acceso a documentos administrativos, dictámenes del Consejo de Estado, documentos sobre las cuentas del Estado...
Reino Unido obliga a sus diputados a publicar lo que gastan desde el año 2005 en que se aprobó la ley. Una disposición que generó mucho revuelo en el país cuando el diario "The Guardian" publicó que había diputados que compraban artículos personales con dinero público. Además, ofrece una web en la que se puede consultar las solicitudes y en qué estado se encuentran.
Una sociedad abierta es imprescindible tanto como el amor a la libertad y sólo es posible en una democracia; sus enemigos son múltiples y poderosos ya que la característica central de una sociedad abierta es la manera "transparente" y racional con la que el conocimiento común se obtiene, se elabora y se transmite, y cada ciudadano debe ser crítico con el sistema, lo que demanda libertad de pensamiento y expresión, junto a un aparato legal y cultural que facilite ese ejercicio.