Socorro Marmol Bris, una mujer muy rica. Las cosas de Soco. Por Nery Santos

Soco tiene muchas cosas.

Es una mujer muy rica. Tiene una biblioteca con muchos libros, donde un gran número de ellos han sido escritos por sus manos. 

No son unos libros cualquiera. ¡No Señor! Son libros llenos de vida. Esperando ser abiertos para dejar escapar un montón de palabras cultivadas por muchos años; tanto que enraizaron en las páginas y dan frutos, dulces como melocotones en almíbar o amargos como aceitunas de acebuches sin madurar. Algunos de sus libros dejan escapar un circo de madamas de labios pintados y medias de mallas; otros te cuentan secretos de familia que nadie se atrevería a confesar, pero que están allí, esperando que abras esas páginas que escribe Soco. 

Soco tiene un “jardinillo” exquisito para sentarse en verano a tomar limonada, abanicarse y leer su poesía. Y que ahora está muy frío y solo usa su perrita, blanca y hermosa como una nube encarnada, para aliviarse, y entrar corriendo de nuevo a refugiarse en los pies calientes de Soco. 

Soco es una mujer muy rica. ¡Qué digamos rica; es millonaria! Tiene una dentadura perfecta por haber metido en su boca desde muy niña algo que tenía hierro y alguna cosa más que no recuerdo; tiene zapatos altos y ropa muy bonita que usa con mucha elegancia. Ella nunca pierde su compostura y es igual de linda como cuando tenía años mozos e iba a aquel balneario donde su estadía, junto a un hombre muy importante, era publicada en los periódicos. 

Soco es muy rica, tan rica que hace viajes a diferentes ciudades y países en los que la invitan a dar conferencias, y donde recibe medallas y escribe himnos. Pero también toma las manos de alguna sorprendida persona y la lleva con ella a un viaje astral. 

Soco es tan rica, que su riqueza viene acompañada de fama y poder, aunque ella no lo reconozca. La he visto saludar a ministros, embajadores y vicepresidentes que la conocían de otros actos, de muchos encuentros donde la habían requerido para entregarle medallas, nominaciones y premios, así como también abrazar, sonreír y conectar con campesinos pobres que les han dado de su miel y sus cultivos. Todo eso lo he visto yo. Sí Señor.

Su fortuna viene sin aspavientos, como esas con las que se nace, y que van brillando y creciendo más con el paso del tiempo. 

Es tan rica que sus poemas son exhibidos por las calles de su ciudad, y adornados por las mujeres de su tierra a ganchillo entre lanas de colores. ¿Cuándo se ha visto que los versos de un poeta sean los mejores adornos de Navidad para irlos guindando por un pueblo? Pues los de Soco, sí. Y también los van cantando en la alcaldía, en los colegios y las plazas, acompañados tanto de importantes como de modestas orquestas, de voces de niños y de conocidos cantantes. 

Ella, Soco, aumenta así su riqueza cada día. 

Es tan rica que hace callar a un alborotado auditorio para escuchar sus graves palabras y hace que me quede pensando muchas horas, tal vez muchos días, o la vida entera, en lo que dijo. 

Es rica además en títulos universitarios y otros que se gana en las avenidas de la vida. Y todavía quiere seguir estudiando más… a pesar de que legisla, aconseja, concilia, arregla y sana. 

Como si tuviese una bola de cristal permite que otros se vean a sí mismos. Analicen su pasado, proyecten su futuro y decidan su presente. Podría decir que Soco es tan rica, como esos costosos espejos con hojas de plata, que reflejan generaciones.

Soco es aguzada, desinteresada y muy inteligente. Pero ya dije que es rica… ¡Sí señor! Muy rica. Tiene un reloj que le dice cuándo su corazón late muy a prisa y la manda a descansar; entre todos sus amigos tiene uno especial que le lleva níscalos en temporada y la quiere mucho. Aparte de cantidad de lectores, tiene un grupo grande de escritores que la siguen, leen su blog escrito en CasaChina, y la llaman maestra. Y otros enamorados que la pretenden con amores platónicos. Todo eso me consta, sí Señor.

Pero ella es muy rica… ¿ya lo dije? ¿Y saben cuál es su mayor riqueza? Un arsenal de palabras. Sí, muchas, muchísimas. Antiguas y modernas, profundas y vacías… coloradas o despintadas… son muchísimas, y ella sabe cómo combinarlas, hacerlas bailar, llorar, reír. Sabe fabricarles la felicidad o meterlas en un drama. Las ordena y las desordena continuamente; y las va contando a diario como un viejo avaro que cuenta sus monedas. Y las va acomodando en párrafos que hacen capítulos, y en capítulos que hacen novelas, y en novelas que hacen libros que nos llegan a las manos. Y entonces, en uno de esos libros encuentro entre las miles de palabras de Soco una muy especial; y la saco, la retiro, la huelo y la aprendo porque me sabe a Soco, porque fue escrita con sus manos. 

Soco es tan rica que guarda secretos militares y una parte no dicha de la historia.

Tan rica que hasta la Iglesia la excomulgó. 

Tan rica que guarda la potencialidad para escribir interminable número de poemas y novelas. 

Tan rica como para que yo quiera ganarme la lotería de su amor.

Con la Vicpresidente Nadia Calviño en un saludo muy efusivo y de reconocimiento mutuo en la Feria del libro de Frankfurt 2022. Buchmesse. Cuevas de Matmata. Túnez Hermoso proyecto Enganchadas por un hilo de las mágicas tejedoras de Sierra Mágina.