Sofía

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Se levantó como alma que lleva el diablo, se había dormido y los niños no llegaban a tiempo al colegio. No lo llevaba nada bien. Esta no era su rutina. Le gustaba levantarse antes del amanecer y tomarse un café largo sentada en su cocina. Disfrutaba este momento mientras su casa se mantenía en silencio. Pronto comenzaba a oír el ruido de la calle, señal de que debía ponerse en marcha. Se preparaba despacio, esmerándose en cada una de las etapas: la ducha, las cremas, el maquillaje y la ropa. Este era uno de sus vicios, salir a reabastecer su armario de nuevas prendas era su actividad favorita. A las siete y media llegaba Pilar, puntual como siempre, y hacían el relevo. Le daba un beso volado a sus hijos, aún dormidos, y se iba a la oficina. Sofía era una de tantas mujeres que se había quedado en paro en los últimos tiempos. Periodista de vocación, se dedicaba a su trabajo en cuerpo y alma y además disfrutaba con él. Siempre tuvo mucha suerte, ‘la flor en el culito’, le decían sus amigos. Buenos compañeros, buenos jefes, buen horario y bien considerada entre los de su gremio. Pero esto no bastó para dejarla con un palmo de narices en cuanto la cosa se puso fea en la empresa. “Lo siento, Sofía, esto va mal y no tenemos otra salida”. Sabía que esto podía pasar pero prefería vivir ignorando esta posibilidad y disfrutar de su vida mientras durara. En ese momento no contaron las tardes de trabajo fuera de su horario, los viajes continuos, las entrevistas en fin de semana, sólo había que salvar el culo pasando por encima de quien hiciera falta. Y de la noche a la mañana se encontró trabajando en casa, haciendo lo que antes hacía Pilar y viviendo del sueldo de su marido. Él no le decía nada, pero no estaba acostumbrada a eso. Era independiente, no rendía cuentas a nadie. Ahora no podía, no era su dinero, vivía de su marido y no lo llevaba nada bien. Y encima la situación se ponía más difícil. Se veía hasta la eternidad de ama de casa.  Era como había sido su madre y la madre de su madre. No había avanzado nada. Se acabó el café, esta vez rápido, y preparó el desayuno de los niños antes de despertarles.