Van por el mundo diciendo que representan al pueblo español, pero la realidad es que poca sangre española corre por sus venas. Aunque el Rey parezca campechano y le guste comer huevos fritos mojando con pan, ha hecho su fortuna a base de sobornos en grandes operaciones financieras hechas con dinero público: su dinero es nuestro, su fortuna no es suya sino de todos los españoles.
Por ahora, amparado por la Constitución, el rey no puede ser juzgado, está por encima de la ley. Pero todo se andará, es sólo una cuestión de tiempo.