Sofía es un nombre femenino de origen griego (Sophia) que significa “Aquella que posee sabiduría“. También se utiliza en la forma Sonia, (del diminutivo eslavo de Sofía). Se interpreta como la mujer sabia, la audaz e inteligente. La que consigue la perspicacia para lograr sus propósitos.
Santa Sofía fue una mártir romana madre de tres santas: Fe, Esperanza y Caridad (las virtudes cristianas), en el siglo II. Cuando sus hijas tenían ocho, diez y once años respectivamente, su madre se mudó a Roma y las llevó con ella. Todos los domingos, las cuatro visitaban juntas las diversas iglesias de la ciudad.
Santa Sofía hizo amistad con muchas matronas romanas y logró convertir a varias de ellas. Alguien denunció este hecho ante el emperador Adriano quien, al conocer a las tres niñas quedó tan prendado de ellas y de su hermosura que intentó adoptarlas como hijas, pero como a este proyecto se enfrentaran firmemente tanto las niñas como su madre, el emperador las condenó a diferentes tormentos hasta que las niñas murieron.
En su honor, el emperador Justiniano hizo construir un templo en la ciudad de Constantinopla, (este templo, que fue convertido en mezquita por Mohamed II en el siglo XV, es una joya del arte bizantino).
Su onomástica es el 18 de septiembre.