En la cuarta historia de Rocco Schiavone, la trama está unida a la de Una primavera de perros. De hecho, en Sol de han pasado solo dos semanas desde la liberación de Chiara Berguet. Dos semanas desde que Loba está con Rocco y parece que se conocen de toda la vida, "Estoy aquí porque me he quedado sin casa. Pero en cuanto encuentre una, me largo. Sobre todo por ella -Señaló a Loba- Esto se le queda pequeño". Dos semanas desde que Adele fue acribillada a balazos; por eso en esta entrega, el subjefe de policía está viviendo en una pensión, desconectado totalmente de lo que ocurre en la comisaría hasta que Marina le ayuda, como siempre, a tomar una decisión "-¡Haz algo ya, por Dios! -estalla, y desaparece tras la puerta".
Probablemente el causante del atentado de Adele ha salido de la cárcel en los últimos meses. Así pues, Rocco se multiplica esta vez para que Antonio Manzini convierta esta entrega en una trama rizomática que le da al subjefe la oportunidad de evadirse de su desgracia; es lo que tiene el trabajo intensivo.
Mientras tanto, Berguet, sin adjudicaciones para sus negocios, sospecha de Turrini, el nuevo empresario al que le han concedido todos los privilegios. En esta ocasión Rocco contará, en Aosta, con la ayuda inestimable de los hijos de los capitalistas, Chiara y Max "-Vamos a hacer una cosa, Chiara. Yo me llevo esto al juzgado. No digo nada ni de ti ni de Max y tú a cambio haces algo por mí [...] -Vivir".
-...Y ahora le ruego la máxima discreción -¡Qué coño se cree Schiavone! -gritó Costa- ¡Que soy el jefe superior, no la portera! -Perdone, tiene razón [...] -...Pero es posible que esté relacionado también con la historia de los Berguet y la licitaciónY a estos casos de asesinato y corrupción se le añaden a Rocco el tener que ayudar a Chiara a vencer el trauma que le ocasionó el encierro donde casi muere, ayudar a Italo Pierron en su relación imposible con Caterina, ayudarse a sí mismo diciendo adiós ¿definitivo? a Marina y buscar una nueva casa en Aosta para dejar la pensión.
Rocco Schiavone es rotundamente un héroe humanizado por su mal humor, sus deslices en las relaciones interpersonales, su visión algo retorcida de la situación en la que se encuentra y el sarcasmo con el que afronta la vida. Todo esto será una ventaja para dar con la verdad y poder solucionar los casos. Es cierto que, el principal objetivo no está conseguido, tendremos que continuar la serie; pero también lo es que, al buscar el origen de la culpa, encuentra las causas de sus propios rencores. De ahí la seducción-rechazo hacia Anna, el freno que se impone ante la atracción que siente por Caterina y la resolución, aunque forzosa, de dejar marchar a Marina.
Entendemos a este héroe humano y somos capaces de asumir la realidad en la que vive porque también en la nuestra oscilan lo sórdido del ambiente y lo escabroso de situaciones en las que se desata el mal sin control, de pronto, en una sociedad que afecta tanto a los más necesitados como a los poderosos, aunque por desgracia estos consigan salir mejor parados, a pesar de que lo más mezquino se prepare en las altas esferas.
Pues creo que también los lectores debemos ser tenaces como Rocco y continuar leyendo las siguientes entregas. La intriga está asegurada, el humor también, así que mejor seguir sus pasos, "El subjefe estaba siguiendo una tertulia política en televisión. Sin volumen. Los participantes parecían peces en un acuario".