'Solar' de Ian McEwan

Publicado el 07 mayo 2011 por Ceci

"Hacía años que me interesaba ese proyecto. Encarnaba una grandiosidad y un heroísmo pasados de moda, no servía para fines militares ni comerciales inmediatos y estaba movido por un sencillo y noble impulso: saber y entender más."

Amor perdurable, Ian McEwan

Ian McEwan es probablemente uno de los Granta’s más polivalentes. Se maneja con soltura en registros macabros (e. gr. Jardín de cemento y El inocente), líricos (e. gr. En las nubes), más o menos trascendentes (e. gr. Expiación, Sábado) y, por supuesto y, sobre todo, divertidos. Unas veces su humor es más fino y sutil, como el de Amsterdam, y otras más directo, como el de Amor perdurable o esta Solar, epígono de la anterior. Sea como fuere, el caso es que este humor es casi siempre negro, y, si de clasificar esta última novela se trata, no cabe otra etiqueta que la de comedia negra. Y es que donde los héroes y antihéroes de P. G. Wodehouse o de David Lodge sufren para nuestro inofensivo deleite reveses menores, si se contemplan con la debida perspectiva, Michael Beard, el antihéroe de Solar, nos proporciona un placer más culpable e inicuo, porque, cuando nos hace reír, lo hace con sus homicidios, encubrimientos, robos intelectuales y devaneos; aunque también, es cierto, con sus “accidentes” en la nieve y sus altercados en un vagón de tren. Pero ¡hey! esto sigue siendo comedia y las comedias nos dan bula para volvernos sádicos, al menos, mientras las tenemos entre las manos. Esta, además, es de las buenas. Si de poner un pero se trata, quizá el conflicto sea un tanto excesivo y disparatado. De hecho, se resuelve a la manera de Eurípides con un más que peculiar deus ex machina del que nada más voy a decir salvo que contribuye, pese a todo, a aumentar la diversión. En fin... lean, lean y rían, rían.