Soledad Castresana
Sobre el vértigoSe te hunden los pasos en esta tierra que fue húmeda. Hay que seguir, decías, a pesar del relámpago y las moscas. De la espalda te cuelgan los hijos que no pariste, en las manos, los que no son tuyos. Todo pesa.Como los perros, confiabas en el miedo. Pero ellos ven la noche y huelen lejos.*El lugar de la siestaHabíamos aprendido que era suficiente entregar el cuerpo al sueño, pero no. No es posible dormir en esta casa. El ojo del pájaro y del tigre se clava en el hueco de la luz.Engañado por el brillo, el pájaro ataca su reflejo en la ventana. El tigre espera. Y las plantas ahogan sus flores en la sombra sin perfume.Estamos solas. Lo que alguna vez cuidamos nos rechaza.*Las verdadesElla pregunta qué es ese ruido. Podría mentirle: hablarle de ángeles o enseñarle a rezar.Es el miedo, le digo mientras tapo con almohadas las ventanas.Soledad Castresana (La Pampa, 1979), Contra la locura. El ángel editor. Quito. 2015.