Baltasar Garzón
Por primera vez voy a romper, desde este blog, una lanza a favor de Baltasar Garzón porque creo que se lo merece. No puedo negar que el juez de la Audiencia Nacional no ha sido nunca santo de mi devoción, pero entiendo que, en esta ocasión, constituye un acto de justicia denunciar el acoso y derribo al que está siendo sometido por la extrema derecha por haber intentado investigar las desapariciones del franquismo.
He discrepado, y mucho, en relación con diferentes autos dictados por Baltasar Garzón sobre el llamado conflicto vasco, en la medida en que los he considerado poco fundamentados; sin embargo, siempre he valorado su compromiso con la justicia universal, que le ha llevado a perseguir crímenes de lesa humanidad en Chile y Argentina. Por ello, del mismo modo que en el pasado he manifestado mi desacuerdo, ahora me toca trasladarle solidaridad y apoyo.
No logro descifrar todos los entresijos de la justicia ,pero, en cambio, si tengo muy claro que antes o después alguien tendrá que recuperar la memoria y la dignidad de las víctimas de la dictadura. Resulta francamente desolador que quienes quieren ocultar la verdad de todo lo ocurrido y mantener la impunidad jurídica de sus responsables conserven intacto su poder y hayan logrado sentar en el banquillo de los acusados a quien promueve el reconocimiento y la reparación de crímenes contra la humanidad.
La transición de la dictadura a la democracia se hizo bajo la presión y el control de los herederos del franquismo, y entre éstos incluyo, lógicamente, al Rey. En aras a la convivencia, pasamos página, pero nos equivocamos. Los verdugos nunca se han arrepentido de sus atrocidades y quienes mandaron en la dictadura todavía mandan, entre ellos Juan Carlos I, así como los promotores de la querella contra Garzón, que no son otros que Manos Limpias, Libertad e Identidad y Falange Española de las JONS.
Que alguien les conceda credibilidad ya me resulta, cuando menos, inaudito. Tanto como el hecho de que quienes trabajaron mano a mano con el dictador estén hoy al frente de instituciones como la Monarquía, mientras las víctimas luchan contra el olvido y el silencio, y Baltasar Garzón puede ser suspendido e inhabilitado. Es evidente que no hemos actuado como corresponde y es evidente también que detrás de toda esta operación hay una mano negra que no perdona al juez de la Audiencia Nacional que destapara la trama Gurtel. ¡Vaya país!
P.D.: “Las normas internacionales de derechos humanos dicen claramente que el crimen de desaparición forzosa no prescribe y entorpecer su investigación es un delito”. Así lo recoge Amnistía Internacional en un mensaje que he recibido esta misma mañana. Te invito a que entres en el facebook de esta organización y dejes en ella tus comentarios y opinión sobre esta noticia. Tenemos que recuperar la memoria histórica y para ello tenemos que conocer toda la verdad, hacer justicia y reparar a las víctimas. Investigar la desaparición de más de 100.000 personas durante la guerra civil y la dictadura no puede ser un delito sino una obligación.