A Bosnia Herzegovina hemos llevado y enviado muchas cosas, siempre con la ayuda inestimable de las Fuerzas Armadas: Toneladas de tela para hacer talleres de costura en dos campos de refugiados, pollos para hacer una granja -se los acabaron comiendo todos-, incubadoras para el hospital infantil de Mostar, ordenadores y audífonos para el Centro de Educación Especial Los Rosales, toneladas y más toneladas de material escolar, leche para bebés, medicinas, ropa y mantas para centros de mayores y hasta dos autobuses municipales retirados de Santander, que viajaron por barco hasta Croacia para ir después a Herzegovina. Pero de todo lo que hicimos llegar a la Ex Yugoslavia, en un intento de poner nuestro granito de arena, gracias a la solidaridad que siempre han demostrado miles de cántabros, hay algo que nos hacía especial ilusión: las piezas y juguetes de madera hechos a mano por internos del Penal del Dueso.
A Bosnia Herzegovina hemos llevado y enviado muchas cosas, siempre con la ayuda inestimable de las Fuerzas Armadas: Toneladas de tela para hacer talleres de costura en dos campos de refugiados, pollos para hacer una granja -se los acabaron comiendo todos-, incubadoras para el hospital infantil de Mostar, ordenadores y audífonos para el Centro de Educación Especial Los Rosales, toneladas y más toneladas de material escolar, leche para bebés, medicinas, ropa y mantas para centros de mayores y hasta dos autobuses municipales retirados de Santander, que viajaron por barco hasta Croacia para ir después a Herzegovina. Pero de todo lo que hicimos llegar a la Ex Yugoslavia, en un intento de poner nuestro granito de arena, gracias a la solidaridad que siempre han demostrado miles de cántabros, hay algo que nos hacía especial ilusión: las piezas y juguetes de madera hechos a mano por internos del Penal del Dueso.