Sólo cinco sentidos para comprender el mundo

Publicado el 20 mayo 2016 por Alberto Garcia @ensurincon

No te fíes de tus sentidos... de este artículo tampoco.


¿Un ser finito, con sentidos limitados, que vive una línea temporal ínfima, puede llegar a comprender la complejidad de lo infinito, el espacio y el tiempo?. Definitivamente no, la ciencia y la filosofía puede dar algunas respuesta pero no todas ni las correctas.
Si nuestros sentidos fueran diferentes seguramente nuestra comprensión del mundo también. La vista, el olfato, el oído, el gusto y el tacto de los humanos difiere de otros animales. Nuestro cerebro trabaja, en primera línea, con los datos que aportan nuestros cinco sentidos.
Nuestro evolucionado cerebro con esos datos elabora teorías, razona y actúa. ¿Pero si dispusiéramos de más sentidos o menos, si fueran más complejos o más simples nuestra visión del mundo sería idéntica a la actual?. Seguramente no, veríamos y comprenderíamos el mundo de forma diferente.


Luego nuestra visión y comprensión del mundo es totalmente subjetiva y por lo tanto incompleta e incorrecta. Conocemos y comprendemos nuestro “mundo”, pero ese no es todo el mundo. Como en la famosa serie de ficción “Expediente X”: La verdad está ahí fuera… fuera de nuestra compresión y fuera de nuestra percepción.
¿Presupone esto que nunca vamos a poder conocer la verdad y comprender el todo?. Conocemos y comprendemos mejor nuestro propio mundo que hace 100 años. Elaboramos teorías cada vez más complejas y elaboradas por comprender el resto del mundo, pero una vida finita no da para mucho más.
Finita y frágil. Un desastre ecológico, cósmico o de cualquier otro tipo puede eliminar de un plumazo la vida humana, nuestro “mundo” y dejar para siempre las preguntas sin respuesta. Nuestro conocimiento es tan frágil como nuestro mundo.
¿La muerte es la respuesta?. Depende de tus creencias. Puede existir un Creador, reunirte con él y conocer las respuestas. Puede que la muerte sea simplemente el fin o el inicio. Todas las suposiciones posibles son validas, sobre todo porque nadie ha vuelto para confirmarlas o refutarlas.
¿Si la muerte no da respuestas, hay que temerla?. En absoluto, nos preocupamos más por el tiempo posterior a nuestra muerte que por el anterior a nuestro nacimiento. ¿Si no nos preocupó lo anterior a nuestro nacimiento, porque nos va a preocupar lo posterior a nuestra muerte?.
¿Tenemos miedo a morir sufriendo o a dejar de existir?. Tenemos experiencia del sufrimiento y el dolor, por eso nos asusta. Pero no nos debe asustar el dejar de existir, ya que no tenemos experiencia propia al respecto.
¿Qué nos da más miedo, perder nuestros recuerdos y con ellos la conciencia de “ser” o convertirnos en “no ser”?. Ser y no ser… no olvidemos que antes de ser, no hemos sido. Luego morir, es volver a no ser… volvemos al inicio (*).


(*) “No era, he sido, no soy, no me importa” (Epicuro).