La Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos “José Dolores López Domínguez (CIOAC-JDLD) indicó que el 98 por ciento de las personas que reciben Remesas, que los migrantes envían a México, sólo entre el 1 y 4 por ciento las canaliza al desarrollo de proyectos productivos, negocios o actividades comerciales.Ya que el 86.4% de las remesas se destinan a manutención, el 6.3% a educación, el 3.2% a mejora de inmuebles y el resto a otras actividades que abarcan, desde las mejoras a la comunidad, pequeñas operaciones comerciales, medicamentos, entre otros.José Dolores López Barrios, secretario general de la CIOAC.-JDLD, señaló que actualmente la participación del gobierno federal en la promoción de proyectos productivos es marginal; a pesar de existir diferentes propuestas como el programa 3x1 de la Secretaría de Desarrollo Social y diversos apoyos financiados por las dependencias gubernamentales.Aseveró que durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, la captación de remesas cayó de un promedio de mil 869.8 anual para el 2012 a mil 858.8 millones de dólares para el 2013. El mayor registro mensual de remesas durante el sexenio se registró en octubre del 2017, con 2 mil 642 millones de dólares.Advirtió que sólo el 30% de los ingresos de los connacionales se envían como remesas. “Estimaciones del Consejo Nacional de Población, revelan que el 1.6 millones de hogares receptores, es decir, el 47% tienen como principal fuente de ingreso ese recurso”.Recordó que de los 28.7 millones de viviendas en el país, el 9.1% se encuentra en municipios de alta y muy alta intensidad migratoria; el 12% en municipios de grado medio y la gran mayoría de las viviendas, el 78% en municipios de baja y muy baja intensidad migratoria, por lo que las remesas en esas zonas tienen impactos regionales y rurales importantes, que generan dinamismo en la economía local; sobretodo, en el corredor localizado en los municipios del sur del Estado de México y Morelos; Pénjamo, Guanajuato; la Piedad, Michoacán y La Barca, Jalisco.
López Barrios, reiteró que el 95.6% de la población rural tiene al menos una carencia social, por lo que las remesas disminuyen la propensión de padecer pobreza multidimensional.
Precisó que un elemento central en la discusión del Tratado del Libre Comercio de América del Norte, TLCAN, y el papel de las remesas para el desarrollo rural es que los gobiernos no han atendido el tema de las articulaciones y estructurales laborales, por lo cual se requiere la construcción de políticas bien articuladas por el Estado mexicano, ya que el acercamiento de los gobiernos hacia los emigrantes ha sido básicamente a través de los clubes y sus diversas redes y federaciones, sobre la base de iniciativas de los mismos migrantes.