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Al fin el Consejo General de las Naciones Unidas (ONU) reconoció que el acceso al agua potable y al saneamiento básico son derechos humanos básicos. El consejo adoptó el miércoles 28 de julio una resolución que determina que todos los países miembros deben ofrecer estos servicios a la sociedad a bajo coste. En total fueron 122 votos a favor, 41 abstenciones y ningún voto contra.
Es una lástima que la resolución ha sido adoptada solamente ahora, pero todavía a tiempo, cuando hay aproximadamente 884 millones de personas en todo el mundo que no tienen el acceso al agua potable y 2.600 millones sin el saneamiento básico.
Entre 2010 y 2050 con el derretimiento de los glaciares – provocado por los cambios climáticos – el suministro de agua potable para el consumo humano podría ser perjudicado en varias partes del planeta, según algunos documentos de ONU.
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Hay que llamar la atención para el desperdicio del agua que es uno de los mayores villanos de la naturaleza: las personas que siempre lavan a sus coches o que dejan el grifo abierto mientras se duchan, lavan los platos y la calzada, por ejemplo.