Sólo hay un camino, adelante
Es importante tener las ideas claras, saber dónde estás, a dónde quieres llegar y que etapas has de alcanzar para alcanzar la meta. Este proceso es indudablemente el más largo de todos, sea a la hora de emprender, a la hora de definir tu carrera profesional, y en cualquier ámbito de la vida. Has de invertir tiempo en definir los patrones, con más o menos profundidad y con más o menos exigencia sobre los parámetros a medir.
Una vez lo tienes claro y te has lanzado, lo más importante deja de ser la idea y pasa a ser la infantería, la acción. Has de moverte siempre hacia adelante para avanzar. El quedarse pensando y repensando todo el plan cada dos semanas no es más que una perdida de tiempo y un gasto de energía que no aporta nada. No niego que hay que tener ciertas medidas y comprobar si se cumplen para tomar contramedidas y enderezar el rumbo, pero esto no es óbice para pararlo todo a reflexionar si el color verde es el mejor para el logo, o si es más inteligente desayunar a las nueve y media o a las nueve.
Has de avanzar, seguir adelante y corregir esas desviaciones sobre el plan trazado con anterioridad, porque de lo contrario la vida no te esperará y seguirá su curso, y cuando te des cuenta estarás justo al principio de todo, con un montón de notas, ideas, pero sin nada sustancial en lo que poder apoyarte. Y lo que es peor, otros se habrán adelantado o tus circunstancias habrán cambiado tanto que ninguna de las premisas iniciales serán ya válidas.
Película: How the West Was Won
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