Cuando estoy de relax y quiero evadirme, de la sensación de que ya se me acaba el fin de semana, mis opciones siempre rondan las películas de aire más ligero: comedias, acción o alguna familar, porque son divertidas, entretenidas y cuando acaban estás más optimista.
Cintas que no sean de animación sino de niños reales que pasan mil aventuras y tienen final feliz. Podremos citar algunos títulos, pero últimamente el cine familiar está enfocado a los padres que son los que pillan los chistes. Si son para niños sólo les gustan a los que casi no pueden ni hablar.
Claro está que a los más pequeños la atención no les dura más de unos pocos minutos, pero hay reside la grandeza de dar un ritmo rápido y muchos cambios en la historia para que no desenganchen los ojos de la pantalla.
Los niños juegan a ser mayores y cuando son mayores ya no quieren serlo, así que es bueno intentar relentizar ese proceso pues el tiempo no perdona y no hay marcha atrás. De cada generación podríamos mencionar grnades títulos de este tipo de películas. Yo no puedo hablar de otras que no sean las que me tocaron vivir: 'Los Goonies', 'Sólo en casa', 'Una pandilla de pillos', ¡Daniel el travieso' o incluso alguna de las gemelas Olsen, por favor no me juzguéis ¿o sí? ya es hora de sacar a la luz algunos placeres ocultos ¡me gustó 'Tu a Londres y yo a California'! Bueno, ya lo he dicho.
Me encantaría poder ver otra cinta en que un grupo de niños se embarcaran en una aventura épica de las que hace mella en nuestra memoria y perdura durante años en ella. Una película que poder enseñar a mis hijos y ver como se lo pasan pipa al igual que yo.