Revista Solidaridad

"Solo pido una casa adaptada para que mi marido salga del hospital"

Por Aparcamientodiscapacitados
Todo transcurría con normalidad hasta que su marido cayó enfermo hace casi cuatro años. A él le jubilaron por enfermedad y ella tuvo que dejar de trabajar para atenderle las 24 horas del día. Virginia Vera asegura que ahora la familia se encuentra en “una situación crítica”. La enfermedad, un cáncer, ha evolucionado de la peor forma posible y su marido sufre una metástasis que le ha dejado en sillas de ruedas. 
Los tres últimos meses los ha pasado en hospitales, primero el de Servicio Andaluz de Salud y luego, el Juan Grande, donde aún permanece hospitalizado, porque la casa de alquiler donde viven desde hace cinco años no está adaptada para  un enfermo de estas características. 
Virginia, que tiene un hijo de 21 años de una relación anterior  y otra pequeña de dos, asegura que “estoy desesperada, le tenían que haber dado ya el alta porque los médicos no pueden hacer nada por él, pero ¿cómo voy a llevarlo en casa en esas condiciones? 
En el hospital han permitido que esté una semana más hasta ver si encuentro una solución, porque allí no hace ya nada. Tendría que estar en casa con cuidados paliativos ”. Por su vivienda actual paga 350 euros de alquiler y afirma que esa es la cantidad a la que puede hacer frente en estos momentos. “Mi marido trabajaba en Aguas de Jerez y ganaba muy bien. Nos metimos en varios préstamos porque entonces se podía y teníamos que montar una casa. Pero mi marido se puso enfermo y no nos dio tiempo a ahorrar nada”. 
La familia se ha quedado con unos ingresos de 1.029 euros, con los que -mantiene Virginia- apenas les llega para hacer frente a los préstamos, al alquiler y los gastos habituales para poder vivir. “De hecho, porque nos está ayudando la familia de mi marido, si no fuese así no llegaríamos”. Insiste en que “no estoy pidiendo nada que no vaya a pagar. “No crea nadie que quiero sacar beneficio de la enfermedad de mi marido, sólo quiero encontrar una casa en condiciones, que todo estuviera en la misma planta. 
Hace dos años ya solicite una vivienda adaptada e hice todos los trámites en Emuvijesa, pero eran alquileres que al principio estaban bien, pero luego se ponían en 500 y 600 euros y yo no podía pagar esas cantidades”.     Ahora ha vuelto a recurrir a la Junta y al Ayuntamiento, pero le dicen que hay listas de espera y le  recomiendan acudir al mercado libre para conseguir una vivienda de alquiler. El problema, afirma, es que no cuenta con dinero para pagar  los tres meses que habitualmente se solicitan ante un alquiler. “Si tuviese ese dinero no estaría acudiendo a la Junta y al Ayuntamiento. En la oficina de la calle Francos me dijeron primero que había un piso que era el idóneo para mi situación, y que presentase toda la documentación. Estaba muy esperanzada pero cuando reuní y llevé todos los papeles, otra persona me comunicó que había familias por delante mía para esa vivienda”.
    Para acceder a la casa en la que vive actualmente, en Picadueña Alta, hay que sortear un escalón que -dice Virginia- no podría subir con una silla de ruedas y en el interior todo son obstáculos para una persona incapacitada. El baño se encuentra en la primera planta y los espacios son tan estrechos que difícilmente se puede maniobrar con una silla de ruedas. “Mi marido se encuentra ya en un estado que no puede estar de pie, necesita ayuda las 24 horas del día. También tengo que adaptar la cama y poner unas barandas, como las que tiene ahora en el hospital. Todo eso lo tenemos ya solicitado, pero la vivienda es fundamental”.  www.diariodejerez.es/article/jerez/1792093/solo/pido/una/casa/adaptada/para/mi/marido/salga/hospital.html
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