La mayoría parlamentaria de Junts pel Sí y la CUP consumó la desobediencia al Tribunal Constitucional aprobando las conclusiones de la Comisión del proceso constituyente. La mayoría de fuerzas parlamentarias (PP, PSC, CatSiEsPot i Ciutadans) rechazaron el desafío y la provocación que no aportará, aseguraron, nada positivo y que, por el contrario, ahondará la fractura social. PP y Ciudadanos abandonaron el salón de Plenos, el PSC permaneció en él si bien anunció que no participaría en la votación, mientras que CatSiQueEsPot votó en contra.
Este nuevo pantallazo del show indepe ha supuesto un gran revuelo en el propio Parlamento catalán y en la capital del Reino. A mi modo de ver, excesivo e innecesario. Por inútil. Porque mientras la oligarquía autóctona y foránea, mientras que los prohombres de la política autonómica y nacional estén pillados “por los huevos “ y por la cartera, el proceso no pasa de cama elàstica: sube y baja con suaves movimientos a izquierda y derecha, adelante y atrás. Mientras no se toque ‘la pasta’ (la Hacienda) el estado español y el soberanismo seguirán jugando como el ratón y el gato, para desesperación de la ciudadanía.
El hartazgo al que se está sometiendo a los ciudadanos de aquí (Cataluña) y de allá (el resto del país) es notable. Porque desde hace ya algunos años la mitad independentista de Cataluña sospecha que el proceso no avanza por culpa de sus políticos, no se fía ni un pelo de Mas, de Puigdemont, de Junqueras… ni de los partidos, CDC, ERC, CUM aunque se reinventen en Junts Pel Sí, PDC, CatSiQueEsPot. Y la otra mitad, contraria a la secesión, está asqueada del ‘govern’, del ‘Parlament’, de TV3, de las ‘estelades’, del pasotismo de Madrid, de PP, de PSOE, de consultas, de referéndums, de conexiones y desconexiones…
¿Qué nos espera en los días que restan hasta el 11 de septiembre? Tras la siembra de cruces amarillas, lo que procedería ahora sería humillar definitivamente a España sembrando Cataluña de burros sodomizando al toro de Osborne. Sería un impacto tan brutal que garantizaría las portadas de Le Monde, The Times, Corriere della Sera, Frankfurter Allgemeine, y hasta del New York Times. No se preocupen por el contenido, si no es favorable, se cambia adecuadamente antes de difundirlo entre ‘els mitjans de casa’ que por algo son los mejores del planeta. En este tránsito, convendría que Toni Albà presentara el Telenotícies.
Mientrastanto, ¿qué tenemos en Madrid?: nada. Una corte acomplejada, huérfana de bolas, pelotas, cataplines, turmas y cojones. Lamentablemente, parece que solo quedan los que cuelgan del toro.
José SIMÓN GRACIA
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