Hace unos días, madre e hijo se reunieron con el alcalde de Algaida, el socialista Francesc Miralles, sin demasiado éxito. "No podemos crear aparcamientos privados para un particular. Las plazas para minusválidos tienen que ser públicas", se defiende, "ya le hemos dado una alternativa, que es la de habilitar un aparcamiento para personas con movilidad reducida en la plaza del Sitjar", a más de cien metros de su casa, "las situamos cerca de edificios públicos, como debe ser".
Pero siguiendo la misma calle sí que hay al menos una plaza de estacionamiento para minusválidos pintada de amarillo, frente a una vivienda particular. "No lo entendemos, tan solo pido poder hacer una vida normal, poder montarme tranquilamente en un coche si tengo que moverme de un sitio a otro, o simplemente para ir al médico". Catalina tampoco pide una plaza en exclusividad, sino pública para todas aquellas personas que sufran un déficit en su movilidad y dispongan de una acreditación en su vehículo.Miralles prosigue argumentando: "tampoco podemos como Ayuntamiento poner una placa que diga que se respete lo pintado, porque el pequeño cuadrado también lo ponemos a los padres de niños con cochecitos en calles estrechas, por ejemplo. Además, esta señora es que tampoco tiene coche". Aunque sí que lo tiene su hermana, que vive en el mismowww.diariodemallorca.es/part-forana/2014/05/24/quiero-salir-casa-tranquila/934896.html
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