Si el éxito de una normativa se mide por el número de personas que se benefician de su aplicación, el decreto que permite a los discapacitados cotizar sin trabajar para tener ventajas futuras, como la jubilación, puede calificarse de fracaso en Castilla y León, dado que sólo tres personas se ha dado de alta en la Seguridad Social bajo esta fórmula.Se trata de tres discapacitados de las provincias de Palencia, Burgos y Segovia que representan, además, tres de los pocos casos contabilizados en España, pues en el conjunto del país tampoco ha habido una repercusión elevada. En los más de ocho meses que lleva en vigor –desde el 1 de marzo–, únicamente se han registrado 49 individuos, según datos facilitados por la Delegación del Gobierno en la Comunidad, a fecha 31 de octubre.Aunque el objetivo de este convenio es que las personas con discapacidad física o psíquica puedan cotizar si tienen «especiales dificultades de inserción laboral», tanto el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad de Castilla y León (Cermi) como algunos trabajadores sociales encargados de explicar la normativa a los potenciales usuarios, consideran que, tal y como está planteado el texto, los sectores que se pueden beneficiar con «escasos».Datos contundentes«Los datos son contundentes. Que sólo se hayan apuntado tres personas evidencia que a la mayoría no les compensa», subraya el presidente del Cermi en la Comunidad, Francisco Sardón, a tenor de los resultados de su aplicación. «El decreto está más pensado para personas que llevan muchos años trabajando y por un accidente o enfermedad han quedado discapacitados. Así pueden llegar al tiempo de cotización estipulado sin trabajar más», añade.En este caso, a pesar de los beneficios que contempla la normativa, achacan la escasa implantación a la ausencia de campaña informativa, aunque las agrupaciones que trabajan con discapacitados recibieron una guía esxplicativa del Real Decreto 156/2013.Para ser efectiva, sin embargo, Sardón echa en falta una propuesta útil para discapacidades intelectuales «severas», puesto que se trata de colectivos de «muy difícil inclusión laboral». «Personas con síndrome de Down o autismo, por ejemplo, es difícil que accedan a un trabajo; muchos nunca lo consiguen y otros sí pero no en puestos de calidad», asevera. http://www.diariodeleon.es/noticias/castillayleon/solo-tres-discapacitados-cotizan-sin-trabajar-para-poder-tener-jubilacion_846607.html Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported.