· 1kg.De tomate en conserva entero (también lo podéis hacer con tomate natural, aunque a mi, personalmente, para esta elaboración me gusta mucho una conserva de buena calidad. · 1 calabacín · Una cebolla · 1 pimiento verde · 2 dientes de ajo · Unas hojas de albahaca · Un solomillo de cerdo · Sal y pimienta · Aceite de oliva virgen · Una cucharadita de azúcar.
Preparación:
En primer lugar y como siempre, prepararemos nuestros ingredientes. Para ello, cortaremos nuestra verdura en brounoise
y limpiaremos nuestro solomillo del exceso de grasa, para después cortarlo en medallones de un dedo de grosor.
Cuando ya tengamos todos nuestros ingredientes listos, ponemos un rondón al fuego con un par de cucharadas de aceite de oliva y cuando esté bien caliente, marcamos nuestros medallones de cerdo. No los tengáis mucho tiempo, la función del marcado no es cocinarlos, si no, proteger que la carne no pierda su jugo.
Una ver marcados, retiramos del fuego y reservamos.
A continuación, y en la misma sartén donde hemos marcado nuestra carne, incorporamos nuestras verduras, es decir, la cebolla, el ajo, el pimiento y el calabacín. Salpimentamos al gusto y dejamos rehogar unos minutos.
Cuando veamos que nuestra verdura ya se va poniendo blandita, le añadiremos las hojas de albahaca,
y nuestro tomate que, previamente habremos escurrido y machacado con un tenedor.
Removemos bien el tomate para que se integre entre todas las verduras y rectificamos de sal y añadimos nuestra cucharadita de azúcar para rectificar la acidez del tomate.
Bajamos el fuego y dejamos que pierda parte de su agua, como unos 10 minutos destapado. Pasado este tiempo, añadimos al sofrito los medallones de cerdo, junto al jugo que haya soltado
y dejamos cocer a fuego lento y tapado unos 10-15 minutos más (hasta que el tomate pierda toda su agua),
y ya tenemos un delicioso pisto con solomillo a mi manera.