Ingredientes:
- Solomillos de cerdo 2.- Cebollas 1.- Leche de coco 400 ml.- Piña en su jugo 8 rodajas.- Azúcar 1 cucharada sopera.- Mantequilla 60 g.- Sal.
Elaboración:
Cortamos los solomillos en filetes del tamaño de un dedo de grosor.
Untamos la sartén con una tercera parte (1/3) de la mantequilla, y asamos (sellamos) los filetes, por ambos lados, con el fuego alto. Es suficiente con dorarlos. Retiramos a un plato y salpimentamos. Para mantener los solomillos calientes, metedlos en el horno a baja temperatura.
En otro tercio de la mantequilla y en la misma sartén, ponemos las rodajas de piña enteras y les agregamos la cucharada sopera de azúcar. Dejamos hervir unos minutos y reservamos. Recogemos los jugos y los guardamos.
En el último tercio de la mantequilla pochamos la cebolla, a fuego lento, con un poco de sal y la ponemos a cocer con la leche de coco cinco minutos y los jugos de la piña y la carne, para después triturar y colar.
Volvemos a poner al fuego y dejamos reducir.
Emplatamos napando (cubriendo parcialmente) las rodajas de solomillo con la salsa de coco y adornando con la piña.
Servimos con la salsa restante en la salsera.
Es una receta de mi invención, os aconsejo que la probéis en casa, pues hasta los comensales más delicados se atreven con ella y son capaces de volver a pedírosla.