Entre la decrépita y triste pechuga ultra light y las "espumas", "aires" y otras gilipolleces varias, hay un mundo por descubrir en la cocina. Como se suele decir, en el punto medio está la virtud, y siempre podemos descubrir platos magníficos y súper sabrosos que se preparan en un abrir y cerrar de ojos. ¿Qué prefieres en tu plato, la deprimida pechuga a palo seco que da pena hasta mirarla, o invertir 5 minutos más y conseguir un plato redondo que te alegre el día?
Claramente, la opción B. Dificultad: para los que entienden a Dora la Exploradora
Tiempo de preparación aproximado: 15 minutos
Raciones: para 2 personas
INGREDIENTES
- 6 solomillos de pollo (o 2 pechugas enteras)
- el zumo de 1 naranja mediana
- un chorrito de brandy
- un chorrito de vino blanco
- 2 dientes de ajo
- aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta
- En una sartén ponemos un chorrito de aceite de oliva virgen extra.
- Pelamos los ajos y los cortamos a láminas gruesas, los ponemos en la sartén y los doramos a fuego medio. Cuando estén listos los sacamos y reservamos.
- Salpimentamos los solomillos o pechugas y los ponemos en la sartén, ponemos el fuego a temperatura fuerte y marcamos la carne un minuto por cada lado (esto dependerá del grosor, pero la clave está en que la pechuga no se cocine del todo).
- Una vez marcada la carne, añadimos el chorrito de brandy y de vino blanco, bajamos un poco el fuego y dejamos que reduzca unos minutos.
- Incorporamos el zumo de naranja y los ajos, dejamos que se cocine 5 minutos más y ¡listo!