La fiesta del Solsticio de Invierno, en el hemisferio septentrional, se abre en la noche del 21 de diciembre, que los islandeses, llaman la noche solemne y los anglosajones la noche madre. Es la noche más larga de todo el año y el día más corto. Antiguamente se encendían hogueras que simbolizaban el renacimiento del sol.
En la prolongada noche del Norte se comprende que los pueblos consagrasen en términos inequívocos una festividad que simboliza el anuncio de los bellos días por venir.
En el siglo X se estableció definitivamente la Navidad, que Hakon, rey de Noruega, designó para el día 25 en vez del 21 en que se verificaba la ceremonia del Solsticio.
Durante el Solsticio de Invierno, el frío se hace patente y en ciertos lugares o a ciertas personas se les aparece este momento como triste, y a otros alegre. El reposo y el descanso se unen a este día. En las cartas del Tarot, el Solsticio de Invierno o Yule está lleno de simbología, y es el momento en que el tiempo parece que está quieto, que nuestro planeta está dormido. A partir de entonces, los días comenzarán a ser más largos, pero más fríos también durante un tiempo, y tan sólo tenemos la gran esperanza de una nueva primavera. La tierra, este elemento que se encuentra tan intrínsecamente unido a nuestro yo, a nuestras posesiones, a todo lo que es material, se encuentra en una gran quietud. Todo lo que la Naturaleza tiene en forma de rocas, en forma de grutas, de cavernas, de montañas, aumenta su don mágico en estos momentos.
La planta que se asocia a este momento es el muérdago, que los druidas observaban como sagrada. En sí, el muérdago está considerada la 'planta de los druidas', porque no crece directamente de la tierra sino en ciertos lugares, como en ciertos árboles. El muérdago, esa planta mágica de los druidas era entonces cortado con una hoz dorada y puesto sobre una tela blanca para que no cayese sobre el suelo. Planta mágica y llena de virtudes, todos la utilizaban para diversas curas y para aumentar sus poderes psíquicos. La paz, la tranquilidad están atribuidas al muérdago, en esencia la savia de la tierra, y en diversos pueblos esta planta servía como forma de sembrar paz allí donde había querellas. La Navidad nos trajo este símbolo milenario, que muchos siglos antes ya se practicaba, y la costumbre de darnos un beso bajo una rama de muérdago era ya muy antigua, se practicaba con algún método diferente pero casi igual que el que se realiza en nuestros días.
El Solsticio de Invierno, el día de hoy, en el que el Sol se encuentra a una altura muy por debajo de los demás días del año, va poco a poco incrementándola y por ello hoy podemos decir que a partir de esta fecha las noches serán más cortas.
Es un día sagrado para muchos pueblos antiguos y un día de meditación y buena voluntad para todos.
Os dejo con un poema de Kathleen Raine.
SOLSTICIO DE INVIERNO
Por todas partes
el primer pájaro del año
ha entonado una alborada
al compás de la última estrella invernal.
Una voz fría y estridente,
los primeros amores de la primavera,
sin hojas como la floración
de los jazmineros.
Los intervalos de la estrella
guían los primeros vientos,
abren los primeros brotes,
mantienen en vilo las primeras pausas
de la esperanza latente,
anhelante de música,
augurio del despliegue de las hojas,
fiel al latido del corazón
Imágenes:
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