El Universo es una enorme Orquesta cuya Música anima la Danza Cósmica de las Esferas y de todo lo que existe.
Esto no es una imagen po ética sino una realidad que ya se había advertido en la Antigua Grecia. Pitágoras en este caso había sentado en Occidente las bases al respecto, y ya los arcaicos griegos y romanos basaban su ideal de Perfección en mantener una Vía "en consonancia" (término muy aplicado en Música del latín "cum sonare", "sonar con") con el Universo.
Y bien cierto es la necesidad de vivir en esta Armonía no sólo con las Esferas sino con el propio Mundo que nos rodea, ya que los mismos fenómenos que se dan en el Macrocosmos también se dan en el Microcosmos, incluso dentro de nuestro ser que de por sí es todo un Universo, de ahí también la necesidad de estar también "en Paz y Armonía con nosotros mismos".
"Como es arriba es abajo" es un axioma hermético que hoy encuentra confirmación a nivel científico. Los mismos fenómenos se repiten en las Galaxias, los Sistemas, los Astros, las Creaturas y la Materia. Las Esferas Celestes y los Seres Vivientes están integrados por múltiples unidades sometidas a constante movimiento interno con ciclos de Nacimiento, Crecimiento, Desarrollo y Extinción (o Transformación); no hay un Elemento en el Universo que no se encuentre en la Tierra (hasta ahora por lo menos según lo entienden las más modernas investigaciones científicas). Tampoco hay que adentrarse muy lejos para comprender el por qué de las cosas; dentro de nosotros mismos, en nuestro pequeño Universo, tenemos la Clave para entender y cambiar nuestra Realidad, lo cual nos proporciona a su vez pistas para conocer a nuestro Entorno Exterior.
"Conócete a tí mismo y conocerás el Universo", la leyenda en la Entrada del antiguo Templo de Delfos, nos muestra que dentro de nosotros están las respuestas de Todo ya que nuestro Cosmos corporal e interior guarda una Correspondencia estructural semejante con el Macrocosmos. Pero a su vez, sin perder nuestra individualidad microcósmica, formamos parte del Sistema Macrocósmico cual células o partículas especializadas dentro del Cuerpo Universal y todo cambio en cualquiera de sus partes, a la corta o a la larga, influirá en el resto. La Ecología, hoy tan en boga, se basa en este principio de interacción, correlación y relación armónica entre los Seres y el Mundo.
El Hombre desde muy antiguo comprendió esta correspondencia estructural y su integración inescindible con su Universo. En la investigación de los enigmas de la Naturaleza, en el estudio de los Astros, ha buscado no sólo explicar cómo y por qué se desenvuelven sino que ha intentado estudiar cómo repercuten y cómo se relacionan con uno mismo, y a través de ellos ha querido definirse y explicarse.
El Ser Humano comenzó a intentar explicar su Alrededor a través del Estudio del Macrocosmos exterior natural y astral, y sabiendo la correspondencia entre uno y otro proyectó las reglas que encontraba en el segundo para ver cómo se entendía el primero.
Se advirtió una regularidad en los fenómenos astrales, manifestada a través de movimientos cíclicos o periódicos, y se comprendió que coincidían o se relacionaban con fenómenos climáticos, naturales o de la vida de un Pueblo o persona, que a su vez también se definían en Ciclos o Períodos que pautaban la naturaleza de cómo devendrían los acontecimientos. Al principio se habría desarrollado estas investigaciones como método para ayudarse en la supervivencia (particularmente con la Agricultura, porque las temporadas la de plantaciones y cosechas precisaban condiciones climáticas especiales); la Astrología, la comprensión religiosa, filosófica y científica, seguramente vinieron después y ayudaron a formar Sistemas de interpretación intelectual sobre el cómo y el por qué y sobre la interrelación entre los Astros, la Naturaleza y el Ser Humano. En este estudio de cómo los Astros se relacionaban con la Naturaleza y la Vida del Hombre adquiere relevante importancia la consideración sobre los Solsticios y los Equinoccios, acontecimiento astronómico que guarda relación con fenómenos climáticos y etapas fundamentales de la Naturaleza y el Ser Humano.
En su movimiento aparente por la Bóveda Celeste, el Sol describe una trayectoria hacia el Este conocida como "Eclíptica", anual y a través de las Casas Zodiacales. Esta línea no coincide con el Eje del Ecuador Terrestre y que sobre la bóveda se proyecta en el Ecuador Celeste, y con respecto a éste la Eclíptica se presenta como una línea inclinada, lo que evidenciará los fenómenos que intentaremos señalar más adelante.
La Eclíptica, en su proyección con la línea del Ecuador (o proyectada ésta sobre la Bóveda Celeste), en determinado momento coincide con la segunda en un Punto al pasar el Sol por el Signo de Aries, lo que se llama en Astronomía "Punto Aries", anualmente correspondiente entre el 20 y 21 de marzo, punto convencionalmente ubicado en el Oeste. El Sol se encuentra sobre el Ecuador y sus Rayos se reflejan equidistantes sobre las dos Latitudes (Norte y Sur), y eso hará que el día dure igual que la noche. A esta etapa se la conoce como "Equinoccio", palabra que deriva de la palabras latinas "aequus" ("igual") y "nox" ("noche"), por lo que traducido literalmente significaría "igual noche", en alusión a la equivalencia horaria de ésta con el día. Para quien no está en el Ecuador el Sol estará con respecto al Horizonte racional doce horas sobre él y doce horas debajo. La declinación en el Equinoccio de Aries es nula y su ascensión recta 0 grado.
Al ascender el Sol en su declinación llega a un punto máximo coincidente con la casa de Cáncer a unos 23o. 27´ actualmente del Ecuador (a la altura del Trópico de Cáncer terrestre), máxima latitud igual a la oblicuidad de la Eclíptica y con una ascensión recta de 90o., donde logra el Sol su máximo acercamiento a la tierra por el Hemisferio Norte, que hará que los rayos solares caigan más perpendicularmente sobre el Norte en esta etapa (alrededor del 21 o 22 de junio) y por ende aumente la temperatura terrestre en dicha zona; la mayor cercanía del Sol aparejará mayor Luz y por tanto un aumento en la duración del día en el Hemisferio Norte, que en esta etapa llegará a su máximo. Por lo contrario y debido a la forma de la Tierra, el Sol estará más "alejado" del Hemisferio Sur, cayendo entonces sus Rayos en forma más inclinada y por ende en dicha mitad el clima será más frío y el día será el más corto del año. En el Polo Sur el Sol será imperceptible comenzando la larga Noche que durará seis meses. Pero en dicho período, donde el Sol llega su punto más alto de la Eclíptica, parecería que se detuviera sobre el Horizonte por un tiempo (siempre en su movimiento aparente por la Bóveda Celeste) y quedará "quieto" en dicho lugar, ocultándose en el mismo sitio como si "parara", momento que se conoce como " solsticio ", palabra de origen latino compuesta de dos vocablos de dicho idioma, "sol, is" (vocablo correspondiente al español "Sol") y "stare" o "sistere" (verbos equivalentes a "estar" o "permanecer" en sentido temporal).
Al continuar el Sol su ruta por la Bóveda Celeste nuevamente llega a un punto de coincidencia con el Ecuador Celeste al pasar por Libra, por el 23 de setiembre aproximadamente y en el extremo oriental de la Eclíptica, donde desde el punto de vista de la duración del día y la noche hay una nueva equivalencia entre ambos, y esto señala otro "Equinoccio". La declinación es nula nuevamente y la ascensión recta 180 grados.
Por último, el Sol llegará dentro de la Eclíptica a su declinación más baja al llegar sobre el Hemisferio Sur por la altura del Trópico de Capricornio (23o. 27´ "debajo" del Ecuador), con una ascensión recta de 270o., y veremos una nueva "detención" momentánea del Sol en este extremo por el 21 o 22 de diciembre, lo que nos indica la presencia de otro "Solsticio". Se advertirá fenómenos inversos o "negativos" respecto al Solsticio anterior ya que el Sol se encuentra en la antípoda de su posición de junio. En el Hemisferio Sur, donde los Rayos solares caerán con mayor perpendicularidad y donde el Sol estará más "cerca", el día será el más largo del año mientras que en el Norte, donde los Rayos caerán con mayor inclinación, la noche será la más extensa. Así el clima será más caluroso en el Sur en esta etapa mientras que el Norte presentará sus temperaturas más bajas. Comenzará el "día polar" en el Polo Sur mientras que en el Polo Norte, donde el Sol ya no será visible, se inaugura una larga noche por seis meses hasta el próximo Solsticio (donde se dará lo inverso).