Esta no es una entrada sobre cine. Es sobre la esencia de la vida. También es una excusa para explicar la inactividad del blog. Pero ese es otro berenjenal.
Hace unos meses nos juntamos un grupo de estudiantes de 4º de Periodismo para darle la vuelta a la crisis. Pensamos en llamarnos Contracrisis, o La generación contra la crisis. Porque queríamos quitar la funda de pesimismo que nos envuelve. La clave estaba en poner por delante de las monedas, a las personas. Queríamos un suplemento de 32 páginas donde tu vecino o tu hermano te mirase a los ojos, y te inoculase la revolución, el inconformismo, frente a un sistema obsoleto. No es utópico. Es tan real como los desconocidos del Casco Viejo de Pamplona que se pagan los servicios con tiempo: una hora por una clase de inglés, canjeable por cuidar los niños. Y, también, ese compañero de clase que se desangra por sacar una carrea y tiene una vida oculta, llena de más esfuerzo y sacrificio.
Son soluciones mínimas, pero que demuestran que se puede seguir creyendo en el ser humano, en el bien común. Y, por supuesto, estos ejemplos se guían por la voluntad de crearse problemas, para superarlos. De no tener miedo a errar, porque la recompensa es la sonrisa ajena.
Nuestro trabajo está hecho. En la rotativa vimos el parto. Olía a tinta y papel, era sedante. Ahora es vuestro, leedlo. Y pasad por alto las horas que nosotros hemos consumido, lo importante son los protagonistas de cada página. Aunque eso sí, es obligatorio pararse en los agradecimientos, porque esas 32 páginas no hubiesen sido sin las no-vacaciones de Luis, o la mirada silenciosa de Paco, o los ánimos de Miguel Ángel y la paciencia de Sonsoles.
SolucionES
Páginas 3, 4-5-6, 7, 8-9, 10-11, 12-13, 14-15, 16-17, 18-19, 20-21, 22-23, 24-25, 26-27, 28-29, 30-31 (PDF gracias a Labuenaprensa)