Mientras los políticos y grandes empresas celebran con algarabía el cambio horario y sus presuntas ventajas en términos de ahorro energético, el común de los mortales nos sumimos en una dura realidad: es de noche a las seis y media de la tarde. A mí, qué quieren que les diga, me toca mucho las narices. Cuando uno ya tiene cierta tendencia a la melancolía y cierto gusto por el recogimiento, este tipo de ‘señales’ sólo invitan a hibernar, a esperar la primavera (y no volver a pensar en ella).
Pero no todo van a ser problemas. Al igual que la derrota en el cine, el otoño (y el invierno, por extensión) tiene su propia belleza estética: la caída de la hoja, el sonido de la lluvia en el cristal,… Es posible que estos pequeños detalles (y la
Hablar de melancolía con estos sevillanos es quedarse muy corto. Sus letras, cercanas al holocausto emocional, se incrustan en la carne como la metralla; la profundidad de cada nota en sus melodías post-rock transmite esa calma tensa que te desliza del dolor a la pena y la atmósfera del disco (perdón por volver a este tópico) nos sumerge en una postguerra emocional, con los restos del naufragio desparramados desde tímpano hasta el alma.
Stendhal decía que había puesto su felicidad en estar triste. Yo la he puesto en estar Trisfe.
Puedes descargarlo desde la web de su discográfica: Sello Salvaje. Estás tardando.