Hace tiempo que no hablo de cremas y pinturitas. Me enrollo con mis divagaciones sobre la vida y se me olvida. Y este tema es fundamental. No sé como he podido dejarlo de lado. Tanto libro, tanta paranoia y no voy a lo importante. Eso lo arreglo ahora mismo.
Hoy voy a a hablar de sombras de ojos. No todo el mundo usa las sombras en su vida diaria y hay quien en la vida las ha usado. En mi caso no es así. Me encanta pintarme los ojos con sombras combinadas con la ropa y jugar con los tonos. Pero por cosas que van pasando con los años llevaba bastantes años sin poder usarlas.
Siempre he usado sombras en polvo (compactas) porque se aplican mejor, porque duraban más y porque me gustaba tener muchos colores. Pero mis ojos las empezaron a rechazar, cada vez que me ponía sombras se me ponían los ojos como dos tomates llorosos. Con lo cual antes de salir de casa ya llevaba cara de majarona y esa no es la idea.
A veces si tenía un evento importante (no concibo ir a una boda o salir una noche llevando los párpados limpios) hacía una excepción y me cargaba el bolso de colirio. Pero claro, con tanto colirio llegaba al sitio en cuestión con churretones. No es plan tomar antihistamínicos para poder maquillarse, no es sano (aunque me lo había planteado más de una vez).
Probé algunas sombras en crema y fue un desastre porque no sabía extenderlas bien y además los ojos seguían rojos. Nada, que no había manera. Así no se puede vivir. Hasta que el destino vino a ayudarme y salvarme del párpado vacio.
Y el destino vino con el nombre de Clinique. La verdad es que es una marca que para pieles delicadas como la mía es perfecta. Todos sus productos son anti-alérgicos. Y tienen tratamientos para pieles grasas!!!!! .
Un día leyendo una revista vi que habían sacado una sombra en barra que era estupenda para ojos sensibles : Chubby Stick Shadow Tint for Eyes. Y me fui corriendo a comprarla. Por probar.
Compré un color morado (me encanta el contraste de la sombra morada en el ojo) y lo probé. Aleluya!!!!.
Mis ojos no están rojos, no lloro, dura desde que salgo para trabajar (a las siete de la mañana, que tiene lo suyo) hasta que me la quito por la noche. Y yo no soy de retocar. Además es facílisima de aplicar. Una maravilla.
El precio es sobre los 22 euros pero duran una eternidad. Yo he ido comprando y ya tengo tres: la morada oscura, una color marrón (no muy oscuro pero no muy claro) y una verde (esta no acaba de convencerme). Con estas tres tengo bastante. De momento… La próxima va a ser un tono muy pastel para poder hacer un maquillaje más sofisticado.
Os dejo el enlace a la página de Clinique para que veáis que colores hay.
He recuperado la tranquilidad gracias a estas barras. Que poco trabajo cuesta ser feliz. Gracias Clinique por salvar mi equilibrio facial.
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