Los vampiros no nacieron ayer.
“Es por tu bien” o “Esto me va a doler más a mi que a ti”, son frases típicas que se suelen pronunciar cuando uno se ve en la imperiosa necesidad de tener que dar una reprimenda a algún tipo de personaje estimado, deseando que entienda que lo que se pretende con el escarmiento es lograr darle la vuelta a una dinámica negativa. Dicho esto, siempre he sido un gran admirador del trabajo del director Tim Burton a pesar de reconocer más de un sonoro traspiés en su carrera. El problema es que los traspiés cada vez resultan ser más seguidos y sonados en su trayectoria y los aciertos cada vez aparecen más en cuentagotas. Su último trabajo, Sombras tenebrosas, más que como un nuevo traspiés debería interpretarse como un enorme y profundo socavón lleno de miseria y calamidad. Siempre hablando por su bien... claro está.
Y es que nos encontramos frente a una de esos films con un prólogo bastante más interesante y extenso que lo que viene siendo el resto de la película en si. Una vez terminados los títulos de crédito la acción se sitúa en plena década de los años ‘70 y unas obras provocan que encuentren al ataúd de Barnabas, quien quedará liberado al fin. Al volver a su antigua mansión descubrirá que está habitada por los descendientes de su saga familiar, quienes lo acogerán en su sino y, entre todos, intentarán que la familia Collins recupere el nombre y la fortuna de la que antaño disfrutó. Pero las cosas no van a resultar tan fáciles porque la misma bruja que ya lo encerró en una ocasión, sigue merodeando por la zona. ¿Alguien más se ha percatado de que resulta bastante raro que si a Barnabas lo encierran durante varios siglos bajo tierra y, antes que eso, la bruja se carga a sus padres, la familia tuviera descendencia?
Nos encontramos frente a una comedia con gracias del siguiente nivel: una chica dice refiriéndose al vampiro: “este tío está colgado”, y el vampiro responde: “en una ocasión intentaron lapidarme, pero jamás colgarme” (risas enlatadas). Todo un festival del humor. Cuanto más se esforzaba la película por resultar graciosa más ganaba en patetismo. En otra broma el vampiro dice: “nos vamos, preparen los caballos” y otro personaje le responde: “no tenemos caballos, tenemos un Chevrolet” (más risas enlatadas). Cómo para mondarse de risa, ¿no es cierto?. Pero no se crean que todas las bromas tenían este nivel... las había mucho peores. Precisamente eligieron las dos que he mencionado para incluirlas en el tráiler sabiendo que es de lo mejorcito del film. Quizás ahora entiendan cual es realmente la magnitud de la tragedia.