¿Sombrero blanco o Sombrero negro?

Por Hatter @LaSombrereria

Nada es blanco o negro, la elección no puede ser tan sencilla. Los seres humanos tendemos a simplificar nuestras opciones, o esto o esto otro, blanco o negro, cara o cruz.
Pero al final, toda decisión tiene una infinidad de matices, por ejemplo entre el negro y el blanco existe toda una gama de grises. Es por esto que cada vez desconfío más de las predicciones apocalípticas.
Mi experiencia y modesto conocimiento está basado en el mundo del comercio, en las ventas, en la promoción y más específicamente en el comercio minorista. Desde hace años vengo leyendo predicciones sobre nuestro oscuro futuro.
En los años 80 y 90 se anunciaba nuestro final debido a los grandes establecimientos; poco después nuestra desaparición vendría motivada por los centros comerciales, y ahora nuestro final será debido a la venta online. Pero como decía al principio, nada es blanco ni negro, y nuestro final aún no ha llegado.


No puedo negar aquí que el sector está pasando por un momento complicado, pero igual de complicado que el resto de los sectores. La crisis económica nos ha afectado a todos, sea cual sea el sector.
Lo que sí está claro es que nuestros hábitos han cambiado, y entre ellos el de la manera de comprar. Y esto afecta al sector comercial, y mira tú por donde…Los que ahora están padeciendo estos cambios de tendencias y ven peligrar su futuro son los que, en teoría, serían los que acabarían con el comercio minorista.
Desde hace un tiempo el formato de centro comercial está comenzando a dejar de ser tan rentable como se preveía. El cliente puede acceder de una manera mucho más sencilla a los artículos desde sus hogares, gracias a la venta online. Y poco a poco va dejando de acudir a los centros comerciales. Estos, a su vez, no tienen más remedio que buscar la manera de reinventarse para seguir siendo atractivos, dar ese plus que haga de impulso para que el cliente se desplace hasta ellos a realizar sus compras.
Gracias a mi amigo Celestino Martínez, un gran experto en el mundo del comercio, he tenido la posibilidad de leer este artículo publicado en El País, “La nueva era del centro comercial” escrito por Sandro Pozzi. En él se hace un repaso a las tendencias actuales del consumidor norteamericano que, a pesar de ser los inventores de este formato, comienza a abandonar la costumbre de acudir a los centros comerciales. Una tendencia que, según los más pesimistas, hará que en un máximo de 15 años hayan cerrado un gran número de ellos.
Estos datos y tendencias deberían hacernos reflexionar, a diferentes niveles, desde las administraciones, a comerciantes y finalmente a consumidores, y aplicarnos ese famoso refrán que dice: cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar.
No estar en la vanguardia puede, en ocasiones, ser muy positivo, te permite entre otras cosas aprender y evitar de los errores cometidos por otros, y en este caso quizás el camino que debamos tomar no es el de potenciar un modelo que ya tiene una fecha de caducidad.
Pero por supuesto esto no quiere decir, ni mucho menos, que el comercio minorista esté salvado por la desaparición de uno de sus principales competidores. Nada más lejos de la realidad. Pero sí nos puede dar pistas de por qué nuestro modelo de negocio sigue subsistiendo en el tiempo, ¿será quizás por que nuestro formato de proximidad, confianza, atención, especialización y conocimiento del producto sea el modelo que el cliente demanda?
Pero ¿qué pasa con los nuevos canales de venta? Sin duda debemos incorporarlos a nuestros negocios, ya que el cliente demanda cada vez más el poder hacer sus compras desde sus hogares. El comercio minorista, si quiere subsistir, debe adecuarse a las nuevos tiempos y a las demandas del cliente actual.
Y la pregunta es: ¿habrá espacio para todos? Pues seguro que sí, el mercado es maleable y flexible, al igual que lo deben ser sus establecimientos. Al final el que decidirá qué comercio puede o no subsistir será sin duda alguna el cliente, que, como diría mi amiga Manuela, es el Rey de la tienda.
El comercio minorista debe seguir siendo fiel a su método, y basar su trabajo en los valores que han hecho posible su subsistencia: la calidad del producto, la atención al cliente,… En definitiva, trabajar para que nuestras tiendas sean esos lugares espaciales, donde nuestros clientes se encuentran como en casa. Que nuestros comercios sigan siendo comercios de proximidad, tanto por su situación como por su humanidad.

Ya ven, nada es ni será blanco o negro. Y en el comercio menos.

“Los Comentarios del Sr. Smith – Reflexiones de la vida desde mi sombrerera”.