Su plumaje invernal es muy discreto, pero es en época nupcial cuando lucen sus mejores galas, con sus moños negruzcos y sus prominentes bolas rojizas. No presenta un dimorfismo sexual muy aparente, y ambos sexos son similares en plumaje estival, como se puede apreciar en esta foto de una de las dos parejas.
No es una especie muy tímida, y no resulta difícil verlo en su típica postura de descanso, con la cabeza metida entre las alas y flotando libremente en el agua como un corcho.
Ya está avanzada la temporada de cría y ninguna de las dos parejas que pude ver realizó la parada nupcial tan típica de esta especie y que es todo un espectáculo. Tampoco observé indicios de que tuvieran pollos o nidos con huevos, por lo que desconozco si estarán criando de manera efectiva.