Somos cómplices con nuestro silencio

Por Lvix

Elgarhi Nayem, de 14 años, fue asesinado a tiros por el ejército marroquí la noche del domingo cerca de El Aaiún, capital del Sáhara Occidental ocupado por Marruecos.

El Gobierno de Marruecos cerró ayer a cal y canto y sin ninguna explicación la entrada a El Aaiún de varios medios de comunicación —entre ellos TVE, Agencia EFE y TV3 de Cataluña— que pretendían informar sobre la muerte del niño saharaui.

Elgarhi Nayem ha sido enterrado durante la noche de este lunes, sin el consentimiento de su familia, para evitar un entierro multitudinario de protesta.

Trinidad Jiménez, recién nombrada Ministra de Exteriores, dice que España “lamenta” la muerte de este chaval (pero no la condena... ¿a qué me suena esto?).

El rey de España, Juan Carlos I, dice que se considera hermano del tirano alauita.

Etc.

Y yo me pregunto: ¿pero qué es todo esto? Lo que está ocurriendo en esta zona del mundo es una auténtica vergüenza para España, como antigua potencia colonial, y lo peor de todo es la cobardía política de nuestros dirigentes, pasados y actuales.

Si éstos tuviesen un mínimo de dignidad histórica, España debería, entre otras muchas acciones, condenar este crimen de la dictadura de Mohamed VI, e instar a la UE a que reconsidere el estatus de socio preferente de Marruecos, por la falta de libertades y las continuas violaciones a los derechos humanos que se dan allá.

No podemos admitir que los intereses económicos de unos pocos empresarios españoles prevalezcan en la política exterior de España frente al asesinato de Elgarhi y a la gran injusticia a la que arrojamos al pueblo saharaui hace ya 35 años.

Somos cómplices con nuestro silencio.