El intercambio afectivoes necesario para el desarrollo en la escuela infantil. La afectividad, no evoluciona en solitario, está interrelacionada con otras conquistas personales, sociales e intelectuales de los niños.
El niño y la niña muestran su mundo afectivo a través de continuas manifestaciones de dependencia, cooperación, miedo, ansiedad, seguridad, inseguridad... Idas y venidas. Desde sus tiempos y desde sus observaciones. La respuesta de un maestro o maestra serena y amorosa, que respete y sepa esperar, modelará la conducta del niño y le proporcionará la calma necesaria para que pueda salir de sí mismo e interesarse por los otros y por el aprendizaje.
El mundo afectivo, desarrollado especialmente a través de las directrices pedagógicas del ámbito de identidad y autonomía, es un centro de interés de la intervención educativa en estas edades que cobrará sentido a partir de diferentes actuaciones y actividades en la escuela.