Hola! ¿Cómo estás?
Te cuento algo. Esta semana se me ocurió pensar en lo que el marketing hizo con nosotros, los comunicadores, a raíz de un comentario que escuché en los pasillos de la Facultad de Periodismo de una Universidad Nacional. En ellos se decía que las noticias tienen que VENDER para tener repercuciones, ser trascendentales.
Comunicar, antes que vender. Crédito: Getty
Me llamó la atención el carácter económico que le daban al término. Lo busqué en el tan menospreciado diccionario [de papel] y me llevo otra sorpresa con la definición: “Sacrificar al interés cosas no materiales“.
¿No es sorprendente que estudiantes de comunicación en Argentina sacrifiquen el valor real de las noticias por simple interés? Redactar para un diario, hacer un programa de radio o hablar para la televisión. Estamos comunicando y como el hecho mismo lo sugiere, no podemos poner condiciones que sesgen ese vínculo.
Para mí, el periodismo sufrió gravemente una mercantilización, en especial en América Latina, potenciada en el período 80-90 que marcó el neoliberalismo convervador de los gobiernos, en economía, que trajo aparejada la concentración mediática y su privatización.
Y los periodistas, herederos de esta lógica, siguen pensando en el oficio no como un servicio a la comunidad sino como una oportunidad netamente laboral. Como un empleado pensaría a su fábrica, como un comerciante pensaría a su heladería. Busquemos la forma de que esto funcione. Si no da dinero, no sirve. Se cierra. Si las noticias no venden, no sirven. Tienen que vender. Como si los televidentes fuesen clientes o consumidores.
El marketing e inclusive el social media (algo muy apasionante por cierto) dejemoslo para el mundo de la publicidad. El agua y el aceite no se mezclan. no matemos a las noticias en pos de lo comercial. Que en todo caso esto sea una consecuencia y no una causa.
Te propongo poner en crisis esto: ¿Las noticias necesariamente tienen que vender? Está bien que el mercado laboral lo exige. Es muy distinto pensarlo por fuera del circuito informativo. Dentro las cosas se vuelven más candentes y no hay chances de elegir. No critiquemos eso, es otro tema. Lo importante es la forma de pensar de los periodistas. No olvidemos que es una profesión subjetiva. Nuestra mirada condiciona lo que hacemos. Comuniquemos, no vendamos.