Revista Psicología

¿Son ciertos fármacos para el trastorno bipolar adictivos?

Por Mundotlp @MundoTLP

Existe el mito de que el tratamiento del trastorno bipolar produce adicción. En este artículo profundizamos sobre el tema.

¿Son ciertos fármacos para el trastorno bipolar adictivos?
Seguro que más de una vez esta pregunta te ha rondado por la cabeza y es muy probable que alguna vez hayas tenido la sensación de que te habías “enganchado” a alguno de los medicamentos que tomas. Sin embargo, debes saber que esto es algo bastante improbable. Este no es más que otro de los grandes mitos que pululan alrededor de la enfermedad mental y sus tratamientos; una creencia que es necesario matizar.¿Qué entendemos por adicción?El universo de la adicción es abstracto y ambiguo, lleno de conceptos que la mayoría de la gente confunde. Por eso, lo primero que debemos hacer es aclarar algunos términos:- Abuso de una sustancia. Así se define el patrón desadaptativo de consumo que tiene consecuencias adversas y recurrentes para la persona que está tomando el medicamento. Hablamos de abuso cuando se está dando un consumo diferente al prescrito por el médico, y cuando este puede ocasionar problemas legales, sociales o interpersonales con frecuencia. ¿Cómo sabemos que se está dando este abuso? Pues cuando por el deseo de sentir los efectos del medicamento, este se toma en cantidades mayores o con más frecuencia de lo recomendado y, por supuesto, con consecuencias adversas para la salud.- Dependencia. La dependencia física, por su parte, se manifiesta con la aparición de un síndrome de abstinencia específico cuando se suspende el consumo de la sustancia. Es importante que recalquemos, sin embargo, que la dependencia física no es sinónimo de adicción, sino solo de uno de sus componentes. Cuando hay dependencia física, la suspensión del consumo lleva a la aparición de malestares físicos que son claramente observables.La dependencia puede aparecer tanto con dosis elevadas como con dosis terapéuticas, siendo esta última la forma más frecuente en la práctica clínica y también la que presenta manifestaciones mucho menos graves.En la práctica clínica suelen utilizarse de forma indistinta los términos de adicción y dependencia pero, sin embargo, lo cierto es que la dependencia no implica adicción. En general, consideramos que la adicción es consecuencia de un uso no terapéutico del fármaco, un uso que se hace con la única finalidad de obtener placer y que, de forma habitual, suele estar asociado a adicciones a otras sustancias, ya sean estas fármacos o drogas.- Síndrome de abstinencia. Así denominamos al conjunto de signos y síntomas que aparecen tras la interrupción brusca del consumo de una sustancia. Estos síntomas son de intensidad y gravedad directamente proporcional a la dosis y tiempo de consumo. Suele aparecer tras períodos de consumo prolongados.- Tolerancia. Esta se define por, o bien una necesidad de cantidades marcadamente crecientes de la sustancia para conseguir el efecto deseado, o por la pérdida del efecto con el tiempo debido al consumo continuado.¿Qué fármacos pueden crear dependencia?Los términos que acabamos de describir se aplican a cualquier sustancia, incluidas todas las drogas (alcohol, cannabis, cocaína, heroína, etc.), pero también algunos fármacos, sobre todo analgésicos y psicofármacos.Los grupos de psicofármacos engloban los antidepresivos, los antipsicóticos, las benzodiazepinas (ansiolíticos) y los estabilizadores del ánimo. De todos estos grupos, solamente en el grupo de las benzodiazepinas se han descrito fenómenos de abuso, dependencia y tolerancia.En este grupo de fármacos se incluyen diazepam, lorazepam, alprazolam, clonazepam…medicamentos que son ampliamente recetados en psiquiatría pero sobre todo por los médicos de cabecera. Las benzodiazepinas, por ejemplo, son un grupo de fármacos frecuentemente prescritos para el control de la ansiedad y el insomnio en adultos, y al tratarse estos de trastornos frecuentes, son con diferencia los fármacos más recetados. Además, son precisamente las benzodiazepinas las que se han relacionado con un alto riesgo de uso inapropiado, abuso y dependencia. En el caso del abuso, este es más frecuente sobre todo en mujeres y personas mayores de 65 años.Como los médicos somos muy conscientes de estos efectos, siempre insistimos en que deben tomarse con precaución, sin interrumpir su consumo de forma brusca y, en la medida de lo posible, sin mantener la dosis muy alta durante muchos meses.El hecho de que estos fármacos puedan producir abuso y dependencia no es sinónimo de que no deban usarse, y es que día de hoy siguen constituyendo un elemento terapéutico muy valioso. Eso sí, su utilización debe hacerse siempre bajo las indicaciones del médico.Ahora ya tienes una respuesta a esa pregunta que probablemente tantas veces te hiciste: solo un pequeño grupo de psicofármacos producen dependencia, abuso y tolerancia. Y lo más importante, usados de la forma en la que los especialistas los prescriben, sus efectos se minimizan y dejan de ser peligrosos.
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