Portugal, Irlanda y Grecia, junto con España, son los países que han estado en el ojo del huracán de los mercados desde que estos, con la complicidad de los gobiernos, decidieron culpar de la crisis a los ciudadanos.
En estos países, “los mercados” (aka Botín), con la inestimable ayuda de las instituciones europeas que controlan y algún organismo financiero cuyo fin es joder a la mayor cantidad de gente posible, han exigido reformas durísimas que se han traducido en sacrificios para los ciudadanos, que han visto reducido sus niveles de renta brutalmente y la pérdida no sólo de servicios y prestaciones sociales, sino de derechos adquiridos.
Hoy, esos sacrificios que se están haciendo, han sido evaluados por “los mercados” como insuficientes. Las tres primeras letras de lo que bautizaron como los PIGS (cerdos en inglés) vuelven a sufrir por los ataques especulativos y las instituciones europeas intermediarias vuelven a exigir otra vuelta de tuerca.
La S de los cerdos somos nosotros. Y como aquí se han abierto de par en par las puertas del entusiasmo reformista sin poner ni una sóla condición a los culpables de esta crisis, no tardarán ni un microsegundo en ponernos otra vez contra las cuerdas.
Esto no para. Estamos en la antesala de un cambio de sistema económico, que por fracasado, ha decidido morir matando. Y de nosotros depende ser carne de cañón o resistentes que protagonicen su futuro.
Un futuro que no vendrá de la mano de pusilánimes gobiernos fracasados que han decidido estar en otra trinchera en la que no caben ni siquiera la democracia para sus ciudadanos.
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