Uno de los temas de moda es la relación del cine con los videojuegos, muy parecida a la que tiene con las novelas gráficas o el comic, a Hollywood se le acaban las ideas y hay que buscar taquillazos, por lo que el número de películas basadas en un juego de consola aumenta día a día con distintos resultados; pero la pregunta es...¿Por qué son malas las adaptacionas de videojuegos?
Muchos directores buscan licencias para adaptarlas recurriendo a guiones sugerentes que envían a desarrolladoras de videojuegos. Mortal Kombat, Pokèmon, Resident Evil, Doom o D.O.A.: Dead or Alive; desde los 90 hemos visto si no me equivoco 29 adaptaciones que han recaudado más de 900 millones de dólares (US$987’019,142 para ser más exactos hasta el momento, sin contar lo que significa la taquilla de Resident Evil 4: La Resurrección), cifra muy pequeña teniendo en cuenta la gran cantidad de videojuegos existentes con interesantes guiones. Una nueva forma de ver el séptimo arte, más visual, pero no por ello menos interesante.
Se han hecho adaptaciones de tantos tipos que se pueden clasificar en diferentes grupos: Algunos directores evalúan el juego y realizan una adaptación fiel dentro de sus posibilidades, como las dos entregas de Lara Croft: Tomb Raider o la reciente El Príncipe de Persia: Las Arenas del Tiempo; otros parten de cero creando un guión que poco o nada tiene que ver con él, como House of the Dead; y una tercera opción es mezclando aspectos de los diferentes videojuegos existentes en el mercado, a lo Silent Hill.
Más allá del reto tecnológico, es en este punto donde surge el problema al que se enfrentan los que se embarcan en esta aventura. Tienen dos opciones. La primera es crear una película tal cual, un filme que guste al público en general; otra es hacerla cercana al videojuego para seducir a sus fanáticos. La mayoría han optado más por la primera opción y, aunque es posible mezclarlas, el camino a seguir puede ser muy duro.
Cineastas como Uwe Boll tratan de adquirir licencias por el hecho de aprovechar el filón mediático y atraer espectadores, desprestigiando a este incipiente género. House of the Dead, Alone in the Dark y BloodRayne son filmes que poco o nada tienen que ver con el videojuego en el que están ambientadas, sus argumentos no tienen nada en común y el resultado es paupérrimo, ha destrozado cada adaptación que ha realizado, y tiene entre sus próximos proyectos varias más...
Para los fanáticos, el mayor problema es que el cine no es interactivo, por mucho que se esfuercen en poner videojuegos en pantalla, no lograrán hacer una buena película con ese método. Las cuatro entregas de zombies de Resident Evil pueden considerarse como una de las mejores, el videojuego tiene un desarrollo tipo cinematográfico muy atractivo, por lo que llevarlo a la gran pantalla fue relativamente fácil y con buenos resultados de crítica y taquilla.
En todo caso, ningún videojuego ha tenido una adaptación realmente excelente hasta ahora ni ha conseguido cautivar por completo a los fanáticos, en unos casos por no haberse elegido el juego adecuado, y en otros por no haber sabido adaptarlo adecuadamente.
Esperemos que en el futuro mejoren, y el mejor ejemplo de esto lo tenemos con Resident Evil 4: La Resurrección, esta vez realizada en el formato real de 3D a lo Avatar de James Cameron, ya que por ahora no parece que la industria del cine vaya a dejar a los videojuegos como fuente de inspiración.
Un consejo: Queremos ver películas, los videojuegos ya podemos jugarlos...