Son muy cansinos

Publicado el 01 abril 2024 por ArÍstides

Son cansinos y como un estreñimiento en el peor momento. La culpa no es de ellos, aunque las alubias sí lo son. En ocasiones me pregunto en qué estamos pensando cuando los votamos. Escogemos por ejemplo a maestros para dirigir corporaciones municipales sin que tengan ni idea de finanzas o de gestión. Son los mismos que van diciendo que no están preparados para situaciones de acoso escolar o de violencia de género en las aulas. Disparan con balas y luego resulta que nos sirven para dirigir los municipios. No sé. En su descargo nos dicen que para eso están los técnicos y los funcionarios. Pues bueno, que se presenten ellos, que son los que saben; y a otra cosa, mariposa.

Elegimos muy democráticamente, eso sí, a políticos cuyo único mérito es el de haber trabajado siempre para el partido, y que en muchas ocasiones poseen solo el título de bachiller, y gracias. Luego nos extrañamos de la mediocridad imperante. Si de donde no hay no se puede sacar, qué esperamos. Muchas veces damos trabajo al más tonto simplemente porque alguien le ha puesto en las listas electorales. Pues vale; cuando no hay más, contigo Tomás.

Nos recuerdan a menudo que la democracia es una persona, un voto. Para ello se convocan las elecciones, pero olvidan que las grandes políticas, las que afectan a todos, debieran ser sometidas también a votación, que eso también es democracia. Se quedan con los escaños vacíos que debieran representar a los abstencionistas; pero bueno, es un robo legal. Hay ocasiones en las que se presentan por circunscripciones; pues bien, los electores de las mismas nunca conocen a quienes los representan. Incluso los hay que cambian de grupo parlamentario o se pasan al grupo mixto, muy dignos ellos, olvidando que obstentan un cargo "de-le-ga-do".

Nos tienen enganchados con sus medias verdades y con sus tejemanejes. Cada día saltan a la arena con la consigna de hacer daño al contrario. El consenso y el acuerdo ni lo conocen ni lo esperan, porque la culpa siempre es del otro. Pues menos mal que la gente normal, y resalto lo de normal, no somos como ellos en nuestra relaciones cotidianas. Andaríamos a navajazos y lo haríamos predicando con su ejemplo, que ya es.

A nuestros hijos les decimos que no engañen, que no roben, que no mientan, que tengan la formación debida, que no sean legos en sus materias, que hablen idiomas, que se formen en el extranjero, que no sean barriobajeros... En fin, no logro entender qué estupidez nos acompaña cuando luego votamos a quienes representan todo lo contrario. Para partirse, si no fuera serio y porque nos define como tontos del culo. Fin