Nacido en Osceola en 1942, en el Estado de Arkansas, comienza desde muy joven a desenvolverse en el mundo de la música con tan sólo trece años de edad. A los dieciséis, se establece como profesional, colaborando con infinidad de artistas de renombre como Albert King, Bobby Bland o Junior Parker entre otros.
En 1971 decide mudarse a la gran urbe del blues y Chicago enseguida le da la bienvenida, logrando fichar poco tiempo después por el histórico sello discográfico de reciente creación “Alligator Records”, de la mano del célebre productor Bruce Iglauer.
Centrándonos en el álbum, “Live And Burning” fue grabado en 1978, pero no sale a la luz pública hasta 1992. Esta grabación en directo fue concebida después de sus dos primeros y esenciales discos para el sello del caimán, en la que recogieron de manera extraordinaria su actuación en un local que Son Seals frecuentaba habitualmente. Y allí se encontraba como pez en el agua, tocando para sus amigos, su familia y clientes asiduos al club.
La incendiaria banda estaba compuesta por Son Seals (guitarra y voz), el legendario A.C. Reed (saxo), Lacy Gibson (guitarra rítmica), Snapper Mitchun (bajo), Tony Gorden (batería) y Alberto Gianquinto (piano).
“Live And Burning” fue producido por Son Seals, Bruce Iglauer y Richard McLeese y fue grabado en el norte de Chicago, en uno de los dos locales que Seals visitaba por esas fechas llamado “Wise Fools Pub”.
Él álbum contiene nueve pistas de auténtico vértigo, impregnados por la guitarra extremadamente afilada de Seals y animada por su excelente voz. Y acompañándole, una espléndida formación de verdaderos músicos de blues, como el saxofonista A.C. Reed.
Inicia el disco con el clásico “I Can´t Hold Music”, tema para abrir boca para seguidamente pasar a “Blue Shadows Falling”, dónde se aprecia el sabor del magnífico trabajo de este genial bluesman de carretera, respaldado por el saxo de A.C. Reed.
Con todo el calor del público continúan con una sucesión de temas movidos y lentos como el célebre “Funky Bitch”, compuesta por el mismo, “The Woman I Love” o “Help Me, Somebody”. El resto del álbum, que nos trasladará inmediatamente a un local de Chicago, contiene otras perlas como “She´s Fine”, “Call My Job” o “Last Night” y para terminar el clásico de Seals “Hot Sauce”.
La imagen de la portada, en la que podemos visualizar a Son Seals entregándose plenamente sobre el escenario rodeado de llamas, es un fiel reflejo de como aborda su música.
Desafortunadamente, Son Seals tuvo una vida muy agitada, casi proporcionalmente a la intensidad de sus conciertos. Una y otra vez, lo marcaron profundamente los contratiempos y una salud muy delicada, pero supo reponerse gracias a su fuerte personalidad y a una pasión desmedida por el blues.
Nos obsequió con un espectacular legado musical, hasta que en 2004 y por complicaciones de la diabetes, nos dejó para siempre.
Irrepetible.