Hablo en sueños y una parte de mí se queda en ellos. Me gusta sentir que está ahí, que volverá mientras duermo. Si se acerca durante el día, recuerdo mi sueño aunque también, a veces, permanece lejos y busca otra noche para regresar y contarme un poco más.
Leo palabras recogidas en papel que dormitan en silencio mientras esperan transformarse de nuevo. Escribo sueños para soñar, y para que otros sueñen. Dormidos, despiertos, qué más da, el caso es soñar. Dejar que la mente se pierda por los senderos de la imaginación y descubra lo que se oculta en ellos. Diversión, romance, felicidad, nostalgia, fantasía, unos sueños aguardan, otros te envuelven y te atrapan, los hay efímeros como suspiros, imposibles de agarrar, y hay otros que dejan marca.
Vivimos mientras soñamos, una vida más, que, cuando emerge, domina la realidad. ¿Es la vida un sueño o sólo parte de él?