Soñar es bonito …y gratis

Publicado el 26 septiembre 2018 por Msnoferini

Este pasado sábado acompañé a mi buen amigo Rafa García al debate en el que participó como candidato a la Secretaría General de Podem Catalunya. Un debate en el que su claridad de ideas, su naturalidad y su sinceridad le hicieron, según entiendo yo, ser el claro ganador del mismo. La única pega o el único detalle al que le puedo poner un “pero” de la intervención de mi amigo, y que a algunos/as no les pudo gustar, fue el momento en que tocó contestar las preguntas formuladas por los asistentes y cayó la previsible pregunta sobre la independencia y los ideales de todos los candidatos/as al respecto. Como era de esperar, por parte de quienes le conocemos, mi amigo Rafa no se anduvo por las ramas y contestó con un simple pero contundente monosílabo, Sí.

A la salida del acto le comenté a mi amigo mi opinión sobre sus intervenciones y sobre lo poco que le iba a favorecer el haber sido tan sincero y contundente en el tema de la independencia, ahora que en Podem Catalunya la transversalidad política no es un valor que precisamente cotice al alza. Le dije que podía haberse expresado con otras formas, haber hecho ciertas matizaciones a su respuesta, tal vez mencionar la aceptación de otras formas de unidad y asociación entre una Catalunya independiente y un estado confederado, etcétera, pero su respuesta fue tan clara como siempre, “así soy yo, y a quien no le guste que no me vote”, pues el entendía que “la verdad es la que es y no se debe maquillar”.

Hechos anecdóticos como el expuesto me hacen apreciar y respetar aún más a mi amigo, aunque no compartamos la misma visión e ideales en todo, y evidencian que difícilmente hará carrera política –aunque ya sé, como siempre me recuerda que eso “se la trae al pairo”-, pues la hipocresía y aceptar cierta sumisión clientelar son dos de los rasgos más necesarios para hacer carrera política.

Lo ocurrido este sábado, y que tuvo como protagonista este buen amigo mío, me sirve como introducción para exponer algo que se hace muy evidente: el cómo personas cuyos orígenes están lejos de Catalunya, castellanoparlantes y que no hace mucho no eran o creían en la independencia comienzan a tener una perspectiva diferente.

Cada vez se hace más difícil poder intentar convencer a esa nueva parte del independentismo que otra España es posible, pues lo cierto es que el tan anhelado federalismo o confederalismo republicano sigue pareciendo una utopía o un sueño muy lejano.

Cuando la arcaica derecha española, enraizada en ese maldito y dictatorial franquismo, demuestra su fuerza y hasta qué punto ha llegado a penetrar hasta el tuétano de los poderes del estado ¿qué esperanza podemos tener en un cambio?

Día tras día se evidencia como la separación de poderes no acaba de llegar a las altas instancias de la justicia, las cuales siguen siendo mayoritariamente ultraconservadoras y en no pocos casos parecen defender unos ideales patrios impropios del sistema judicial de un estado democrático; vemos como la todopoderosa derecha mediática castiga a sus enemigos y contamina la opinión pública a conveniencia; como los poderes económicos respaldan de manera incondicional a los gobiernos de derechas y sus decisiones, fustigando sin piedad los ideales y propuestas más progresistas y sociales, así como a las personas que trabajan y luchan por ellas; y como los dos partidos de la rancia derecha, herederos de ideologías más propias de tiempos de infausto recuerdo, utilizan su control sobre buena parte de la maquinaria del estado para imponerse y subyugar a todos aquellos/as que osen oponérseles.

Por lo tanto, sin ser independentista (por un tema de sentimientos, por tener una nula confianza en la mayor parte de los partidos y poderes burgueses que dirigen todo este “procés”, y que el nuevo estado catalán difiera en su ideario económico y social de la España neoliberal y ultraconservadora), sí creo que ante el momento en el que estamos las personas progresistas y anticapitalistas no independentistas, catalanas y del estado, deberíamos estar más cerca de los partidos independentistas hermanos y luchar codo con codo contra la represión que vive Catalunya, contra la existencia de presos políticos, contra la manipulación, apoyando el derecho a decidir o incluso una independencia con la alternativa futura de poder ser un estado libre asociado a una España Confederal.

Lamentablemente algunos tipos de acuerdos son difíciles, y tiene la pega de lo imposible que se nos hace a muchos buscar estrategias conjuntas con uno de los principales partidos que está al frente del “procés”, pues ¿quién se puede fiar de los Convergents del doble discurso y que han robado a manos llenas todo lo que han podido? Pero aun así soñar es bonito, y gratis.

MSNoferini