Sonata de otoño

Publicado el 16 mayo 2010 por Rogolagos
Mother, you had me
but i never had you,

I wanted you but you
didnt want me,

oo i got to tell you,

Goodbye, goodbye.

(John Lennon)

El día está frío y la semana ha sido dura, entre hospitales, doctores y exámenes me han dejado en un poco de suspenso, para mi y mis amigos. Esperemos que todo salga bien... son en momentos como éstos en que la vida parece tomar otros colores. Porque las cosas no necesariamente son como creemos que se establecen. El amor de los padres, no es algo que viene porque sí... pero al final de cuentas tenemos una tranca con el abandono que si, llevamos innato. Aún recuerdo en los viajes que hacíamos a la costa con mi familia, en que mi hermana menor trataba de no quedarse dormida poque pensaba que mis padres podrían olvidarse de ella y dejarla arriba del bus. Por supuesto mis padres no lo hicieron jamás... pero a veces sufrimos de otros abandonos que son más graves que ir a buscar a un niño tarde al colegio.

Eva (Liv Ullman) está feliz, viene una visita importante, por muchos años que Charlotte (Ingrid Bergman) su madre no la visitaba, por su intensa agenda de conciertos por el mundo. Charlotte Andergast es una pianista destacada que recorre el mundo con la intensidad de sus versiones en piano de los clásicos... por el mismo motivo encontrarse un tiempo con su hija es un placer que se debían por años, ambas... entre conversaciones, abrazos y recuerdos Eva le confiesa algo a Charlotte... en la casa ella no es la única invitada, también está Helena (Lena Nyman), la noticia descompone a Charlotte, no esperaba encontrarse con ella después de tanto tiempo... pero Eva le confiesa que no podía abandonar a Helena, así que decidió traerla a vivir consigo... "si te contaba que ella estaba tú no vendrías" dice... a lo que su madre niega, aunque puede ser que tenga mucho de verdad.

Al subir a ver a Helena, nos encontramos con una mujer con una paralisis cerebral, ella es la otra hija de Charlotte, hermana de Eva que en algun momento de su vida fue dejada en un centro de cuidado, en el abandono, como las cosas que uno deja en la bodega... el reencuentro de las hijas con su madre después de años, está completo en forma física, las tres están en el mismo techo... recuperando esos días en que eran una familia completa. Que increible como el tiempo se encarga de separarnos y hacer que esos días de reunión familiar se vean más lejanos... así la casa de Eva va tomando color de hogar... mientras en un extremo de la casa un piano se posa para derrochar las emociones que el reencuentro no puede contener, es tanto lo que hay que hablar y tanto lo que escuchar que las teclas pueden hacer que las palabras sean más intensas.

Eva levemente avergonzada toca para su madre los Preludios de Chopin (ver escena adjunta) mientras Charlotte escucha atenta las temblorosas manos de su hija... al terminar, pese al encanto de escuchar le da sus indicaciones, y comienza a tocar ella el mismo preludio... mientras Charlotte toca a su lado su hija mira, con una dosis de admiración sus ojos miran como cada dedo se posa en forma precisa en cada tecla... y lentamente empieza a sentir ese grito que se tenía por mucho tiempo guardado, ahora la mirada cambia y es directa al rostro de Charlotte, el odio comienza a ganar espacio al ritmo intenso de Chopin... la hoguera se comienza a encender como indicando el incendio que se aproxima.

El odio y el amor se limitan en la ausencia, no sólo física... una hija criada sin el verdadero cariño de la madre no se olvida, cuando se tuvo que llorar, cuando se estiraron las manos al cielo para pedir un abrazo, cuando no se entendían los truenos en la noche, cuando se necesitaban las respuestas es cuando la ausencia pesa... y para Eva y como para Helena su hermana internada las salidas de Charlotte por el mundo fueron aumentando el odio por el abandono. No es porque el corazón late que se está vivo, implica saber vivir, equilibrar los deseos, amar y comprender... acá Charlotte (Ingrid Bergman de nuevo al lado de un piano como hace treinta años atrás en Casablanca) se refugia en su música, en una vida de trenes y talento... sus hijas fueron quedando entre la niebla esperando el día en que se dijeran las verdades... y vaya como las dice Liv Ullman. En la vida hay momentos en que se dice todo y la verdad se convierte en cuchillos que no se pueden esquivar... así que hay que afrontar las verdades como llegan y abrazarlas, sin esperar perdones ni olvidos.

Saludos a todos
Seguimos en junio...

Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Höstsonaten en wikipedia
4.-Escena