Soneto a unos huesos perseguidos

Por Jesús Marcial Grande Gutiérrez

Si un vago fulgor de mis huesos resplandecey al polvo de mis restos pone nombre,si antiguas pistas del que fuera un hombreconfirmaran que a mí me pertenecen;
¡Qué más da! Ya nada me envanece,ya no hay nada en este mundo que me asombreya no importan ni la fama ni el renombre;solo importa que alguien llore y alguien rece.
Tomad mi cuerpo, que también lo hicieronla bala de arcabuz, el moro fiero,las mazmorras de Argel, la cárcel fría...
Jugad el puzle de la osamenta mía:mi espíritu libre, burló al sepulturero,en los sueños de un viejo caballero.