Conjuntamente con esta decisión llega una oleada de despidos. 5000 puestos de trabajo se verán afectados, de los cuales 1500 serán trabajadores japoneses y 3500 internacionales.
En la nota de prensa publicada no han querido revelar el importe de esta operación. Sony justifica esta venta afirmando que la industria de PCs está sujeta a “cambios drásticos” y que la “solución óptima” es centrarse en la producción de smartphones y tabletas.
En cuanto a la división de televisores, Sony afirma que creará una filial para vender estos productos a partir de julio de 2014. Sobre los resultados económicos, espera tener una pérdida de 100 mil millones de yenes (más de 1000 millones de dólares) cuando termine el año financiero en marzo.