Muchos somos los que conocemos a propietarios de salas de cine, y sabemos como funciona, en parte, todo esto, pero por si acaso, hay que dejar clato que han sido los propios cines quienes han acabado teniendo que pagar por todo, aunque algunos estudios han ayudado con parte de los gastos.
Lo que está claro es una cosa, que o bien se centran en hacer que podamos comprar unas gafas y que nos sirvan para todos los cines, o no tiene sentido que tengamos que pagar alquileres por unas gafas que después hay que devolver, y para colmo sean recicladas. Muchos cines ya venden sus gafas y te las puedes llevar, pero sólo son compatibles con las mismas pantallas 3D que las de ese cine, por lo que deberías pasar por caja de nuevo en otro cine... y acabar con un cajón repleto de "gafas de sol" inútiles para el verano.
Hace unos meses os comentabamos que los estudios buscaban diferenciarse junto con las empresas que diseñan y ofrecen las gafas 3D para dar un pequeño lavado de imagen, pues no es ningún secreto que a mucha gente les parece incomodo llevar dichas gafas en el cine, y si a eso le sumamos la falta de estética, puede ser hostil ponerselas ante ciertas situaciones o ciertos sectores de los espectadores, que buscan estar a la moda. Es por eso que las compañías veían opciones para encontrar diseños más de moda que la gente pudiera estar orgullosa de llevar en los cines... lo que sería otra forma de obtener ingresos, vendiendo gafas personalizadas para los diversos tipos de usuarios o promocionales para ciertas películas, como ya os mostramos aquí, por ejemplo.
Fuente: THRMuchas más noticias en No es cine todo lo que reluce.