En nuestras manos la bridge más avanzada de la firma nipona y por tanto un modelo “compacto” donde la polivalencia es su argumento más apreciable. Los mayores poderes de la Sony RX10 III son un cuerpo contundente, un sensor de una pulgada y una lente de largo alcance, tan largo que en su tercera revisión ofrece la nada despreciable focal de 600 mm (equivalente).
Claro está que lo de compacto lo hemos entrecomillado porque estamos hablando de una cámara que pesa por encima del kilo y no es precisamente pequeña. De hecho, aunque por características es claramente una bridge, con visor electrónico y sin posibilidad de intercambiar la lente, sus medidas le igualan a modelos réflex (incluso avanzadas).
La idea sigue siendo la misma que cuando se presentó la primigenia Sony RX10; a saber: una cámara polivalente adecuada para casi cualquier situación en la que necesitemos tener una cámara decente a mano. Por ello no vamos a encontrar grandes novedades en esta versión (porque sensor y procesador parecen ser iguales), siendo sin duda el principal reclamo el hecho de contar con ese impresionante zoom de 25 aumentos que os venimos contando. Y es que no es que haya aumentado respecto a la RX10 II, sino que supone triplicar el alcance en tele de aquel modelo.
Especificaciones técnicas
Sensor
CMOS Exmor RS 1″ (13.2×8.8 mm) y 20.1 Mpíxeles
Procesador
BIONZ X
Rango ISO
100-12.800
Óptica
Zeiss Vario-Sonnar 24-600mm (equiv.) f/2,4 – 4,0
Velocidad de obturación
30” – 1/2.000 (1/32.000 con obturador electrónico)
Monitor LCD
3″ con 1.228.800 puntos
Visor electrónico
100% cobertura con 2.359.296 píxeles
Ráfaga
14 fotografías por segundo
Resolución máxima foto/ vídeo
Foto: 5.472 × 3.648 / Vídeo: 4K 3.840 x 2.160 píxeles a 30p en XAVC S
Conectividad
Wi-Fi 802.11 b/g/n y NFC
Tamaño y peso
132 x 94 x 127,4 milímetros y 1.095 gramos
Precio
1.600 euros
Construcción, ergonomía y manejo
Comparando la anterior tabla con la del modelo precedente podemos cerciorarnos de que las dimensiones han crecido levemente. El principal culpable sin duda ha debido ser el nuevo objetivo, aunque desde luego el peso no ha crecido tanto como lo ha hecho el zoom. Aún así, los más de 200 gramos de peso extra sí que se notan cuando se lleva un rato la cámara al cuello.
A pesar del tamaño, es un cuerpo compacto sobre todo si lo comparamos con cómo sería una réflex con un objetivo de 600 mm
De cualquier modo no podemos negar que es un cuerpo compacto, sobre todo si pensamos en cómo quedaría cualquier cámara réflex con un objetivo de 600 mm. Compacto, contundente de formas pero equilibrado y con un perfecto acabado. El agarre está muy bien logrado gracias a una empuñadura con muy buena ergonomía y tacto donde la mano diestra se siente muy a gusto. La izquierda tiene su lugar inevitablemente en la zona del objetivo para sujetar ese “bicharraco” de objetivo que desplegado a la máxima longitud focal se estira notablemente.
Esta mano tiene además trabajo ya que la óptica incluye un triple anillo (además de un botón configurable). El anillo más cercano al plano focal es el clásico de diafragmas pero los otros están dedicados al enfoque y al zoom y son configurables e intercambiables. Para el zoom tenemos también un selector situado alrededor del disparador (donde también está el botón de encendido) y en ambos casos se puede configurar para movernos por las distintas focales más o menos rápido, e incluso saltando entre las principales distancias.
En el resto del cuerpo hay unos cuantos botones configurables más, una rueda para la compensación de exposición y otra rueda de control. Ciertamente el diseño del cuerpo está muy bien pensado, aunque por lo que toca al manejo, la curva de aprendizaje nos ha parecido algo elevada, sobre todo si no se tiene experiencia con un modelo previo.
El manejo básico es sencillo pero la multitud de iconos que aparecen en pantalla o la cantidad de opciones disponibles que hay que tener en cuenta para sacar todo el partido a la cámara pueden asustar un poco al principio a los menos duchos. Y debemos tener en cuenta que estamos hablando de una cámara que no está dirigida precisamente a fotógrafos profesionales, sino más bien al contrario.
Por lo demás, se echa de menos contar con un monitor táctil, que vendría bien para la configuración y para funciones como escoger rápidamente el punto de enfoque. Tampoco estaría de más integrar el visor un poco más en la cámara de tal modo que no sobresaliera tanto de la parte trasera del cuerpo. La cámara no es precisamente pequeña y estamos seguros de que los ingenieros japoneses son capaces de esto y de mucho más.
Rendimiento y calidad de imagen
Como os decíamos, sensor y procesador no han cambiado respecto a la RX10 II, lo que significa que mantiene el captor de 20,1 megapíxeles con arquitectura apilada y 1” de tamaño, y el chip Bionz X como encargado de procesar las imágenes con la calidad y rapidez necesaria.
Esto quiere decir también que no vamos a encontrar un gran avance en cuanto al funcionamiento sobre el terreno o la calidad de imagen, y que lo que encontremos probablemente será culpa del nuevo objetivo. Por eso, como es lógico, en nuestras pruebas quisimos “abusar” de la óptica para ver qué calidad puede ofrecer un zoom tan superdotado.
Por ello nos fijamos especialmente en el comportamiento de la cámara en la máxima focal. Y claro, su gran alcance nos invitó a hacer locuras y nos lanzamos a fotografiar a la máxima focal con velocidades mucho más lentas de lo recomendable… y eso lógicamente se paga. Olvidando esa norma que dice que a 250 milímetros de focal debemos disparar al menos a 1/250 (o por encima) si no queremos tomas trepidadas, conseguimos bastantes tomas en la que el resultado fue mejor de lo que la lógica (y los datos EXIF) indicaría gracias a nuestro pulso y al buen trabajo del estabilizador. Claro que cuando la luz escasea, se echa de menos que el objetivo haya perdido luminosidad y la consecución de las tomas empieza a caer en el terreno de la suerte.
El gran alcance del objetivo nos invitó a hacer locuras y fotografiar a velocidades mucho más lentas de lo recomendable
En cuanto al enfoque, lo cierto es que como norma general es rápido, silencioso y bastante preciso, aunque como era de esperar sufre cuando se trabaja en la máxima focal, sobre todo si se trata de enfocar un objeto muy pequeño (como un avión en la lejanía). Nada que no entre dentro de lo normal, por otro lado. Además, teniendo en cuenta lo complejo que resulta diseñar un zoom tan desarrollado y que ofrezca un resultado homogéneo en toda la focal, hay que decir que el resultado es muy bueno, sin aberraciones significativas y haciendo honor al logo de Zeiss que lleva incrustado.
Lo mismo hay que decir sobre la calidad de imagen, donde los resultados son más que decentes, con un nivel de detalle muy alto teniendo en cuenta que estamos hablando de una compacta. Por lo que toca al ruido, está bastante controlado hasta unos 1.600 ISO y siempre que la luz no escasee. Cuando lo hace, la cosa empieza a torcerse aunque hay que reconocer que el ruido producido es bastante homogéneo. Esto ayuda a que el procesador haga un buen trabajo en el siempre difícil equilibrio calidad/ reducción de ruido de las tomas directas en JPEG.
Sin embargo, más allá de 1.600 no recomendaríamos pasar porque no olvidemos que estamos hablando de un sensor de una pulgada que, lógicamente, tiene sus limitaciones y evidentemente no llega al nivel de las réflex. Limitaciones que también se aprecian en un rango dinámico algo limitado, aunque dentro de lo esperado.
Por lo demás, en el terreno del vídeo el resultado es lo que esperábamos de acuerdo a las especificaciones, esos 3.840 x 2.160 píxeles a 30p que hacen que el resultado sean vídeos de calidad y con gran estabilidad. Además ofrece opciones por si queremos explotar nuestra creatividad en este campo, como la posibilidad de realizar pequeñas secuencias a cámara lenta y con 1000 fotogramas por segundo. Un ejemplo de la rapidez general de procesado que ofrece la RX10 III. Rapidez que en el caso de la foto se aprecia disparando en ráfaga, que llega sin problemas a más de diez fotos por segundo.
Por último, un apunte para el visor que, siguiendo los buenos argumentos de sus antecesoras, ofrece una buena respuesta haciendo que poco a poco nos vayamos olvidando de los visores réflex.
sony-rx10-iii
Imágenes a resolución completa | Sony RX10 III en Flickr
Sony RX10 III: la opinión de XatakaFoto
Como comentábamos en febrero al analizar la RX10 II, podemos hablar de una cámara familiar, con características equilibradas que la sitúan como un modelo muy polivalente, diseñada para enfrentarse a todo tipo de situaciones, incluidas aquellas en las que nos encontremos lejos de la acción. También de un modelo que se defiende más que bien en el terreno del vídeo haciendo que no sea necesario cargar con una videocámara para tomar imágenes en movimiento con muy buena calidad.
Podemos hablar de una “cámara familiar”, muy polivalente y diseñada para enfrentarse a todo tipo de situaciones
Por tanto, se defiende, y muy bien, tanto en foto como en vídeo siempre que no tengamos grandes aspiraciones de avanzar en el mundo de la fotografía. A cambio, nos dará satisfacciones en general en todo tipo de situaciones y nos evitará tener que estar pensando si merece la pena cargar con el teleobjetivo para ir a cualquier parte.
En definitiva, una compacta a la que no se le puede pedir más. Bueno sí, que fuera realmente compacta, y más barata… ¡Pidamos imposibles! Porque si decimos que es una cámara familiar no nos referimos precisamente a los 1600 euros que cuesta de partida. Un precio que no nos extraña que pueda repeler a cualquier cabeza de familia, siempre pendiente de que los balances domésticos no se descuadren.
Sony RX10 III: la nota de XatakaFoto
7.7
Características8.2 Ergonomía8.0 Controles e interfaz8.0 Rendimiento7.2 Calidad de imagen7.0A favor
- Zoom de 25 aumentos
- Vídeo 4K a 25p y 100MB/s
- Calidad de imagen global
- Silenciosa y rápida
En contra
- Ha aumentado de peso (y se nota)
- No es precisamente discreta
- Le vendría bien una LCD táctil
- Su precio de partida sigue siendo alto
La cámara ha sido cedida para el análisis por parte de Sony. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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La noticia
Sony RX10 III, análisis: Una compacta “de peso” y con un zoom difícil de superar
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Xataka Foto
por
Óscar Condés
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